Tecnologías para transformar la enseñanza

¿Qué lugar ocupan las tecnologías en los proyectos de aprendizaje y servicio solidario? Un aporte de Ángeles Soletic, coordinadora del área de Formación de CLAYSS (Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario).

En los últimos años, la pregunta acerca de cómo las tecnologías digitales (TD) pueden potenciar los aprendizajes escolares o académicos se ha constituido en una cuestión central de la agenda educativa, de cara a imaginar una transformación profunda que permita proyectar nuevos futuros para la educación en nuestro país. Se trata de pensar, no ya con un sesgo instrumental, cuánto más eficiente puede ser la enseñanza mediada por tecnologías; sino de imaginar cómo se integran las instituciones educativas en la cultura digital, un escenario incierto y cambiante en el que las TD, más allá de facilitar la comunicación o el acceso a información, constituyen hoy una mediación clave en los procesos de subjetivación y construcción de identidades de niños, niñas, jóvenes y adultos.

Hace algunos años, Michael Serres nos animaba a asumir el desafío de educar a niños y niñas que hoy acceden a un dispositivo móvil dotado de una memoria, una imaginería y una capacidad de razonar infinitamente superiores a la que disponían las generaciones anteriores (Serres, 2012). Diez años después, el escenario tecnológico, cada vez más complejo, nos vuelve a interpelar frente a los avances insospechados de la inteligencia artificial, que desafía de manera radical las facultades humanas de pensar, argumentar, crear o predecir comportamientos en el marco de una nueva antropología (Eric Sadin, 2023).

Aunque hoy exploramos a tientas el mundo que se viene, hemos aprendido algunas cosas en relación con la integración de las tecnologías digitales en el sistema educativo. Quizá la más evidente es que la mera inclusión de dispositivos tecnológicos no cambia la enseñanza ni los aprendizajes escolares, y que la tecnología solo potencia el aprendizaje cuando se integra en propuestas de enseñanza que tienen sentido vital, que convocan y desafían a los y las estudiantes, que los conectan con la diversidad de la experiencia humana, los invitan a crear y favorecen la reflexión crítica sobre la realidad. Y de esto, precisamente, se trata el aprendizaje y servicio solidario (AYSS), una pedagogía que pone los aprendizajes escolares al servicio de las necesidades de la sociedad, vinculando lo que sucede en las aulas con lo que pasa fuera de ellas, y dando significado profundo a lo que se enseña, formando personas comprometidas con las demandas de su comunidad.

¿Qué lugar ocupan las tecnologías en los proyectos de AYSS? Desde hace muchos años vienen apoyando el desarrollo de proyectos solidarios y, al mismo tiempo, potenciando habilidades y competencias académicas. La ubicuidad de las tecnologías (Burbules, 2007) ha permitido extender los límites espaciales y temporales del trabajo escolar y establecer vínculos con las comunidades a través de modelos cada vez más híbridos, apoyando y enriqueciendo el trabajo académico dentro y fuera del aula.

En esta línea, reconocemos que las tecnologías pueden hacer aportes significativos a los proyectos desde diversas perspectivas:

• Las tecnologías como medio para proveer un servicio: Su enorme capacidad para mediar en la comunicación humana y gestionar intervenciones significativas de manera remota, constituye en sí misma un aporte valiosísimo al desarrollo de proyectos de AYSS. Cuando, por ejemplo, a través de plataformas en línea, los y las estudiantes de una institución de educación superior ofrecen asesoramiento a trabajadores para desarrollar un emprendimiento productivo; o cuando las redes sociales son el medio más idóneo para llevar adelante campañas de concientización para la prevención de la violencia de género; las tecnologías se constituyen en un canal necesario e imprescindible para la realización de un servicio efectivo a las comunidades. En todos estos proyectos, además de los conocimientos tecnológicos, se ponen en escena habilidades transversales (comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico) y competencias profesionales o académicas específicas.
  
  
• Las tecnologías como objeto del servicio a la comunidad: En muchos proyectos de aprendizaje-servicio, los estudiantes emplean o crean aplicaciones o dispositivos digitales cuyo propósito es resolver problemas comunitarios. Es el caso de estudiantes de Agronomía que utilizan sensores y sistemas de riego automatizados para monitorear y controlar el crecimiento de plantas exóticas; o alumnos de Informática que desarrollan programas de realidad virtual para el entrenamiento a distancia de personas con discapacidades, o crean aplicaciones móviles para apoyar la adaptación de jóvenes inmigrantes. En el proceso de trabajo, los estudiantes aplican conocimientos propios de sus campos para crear soluciones prácticas y beneficiosas para la comunidad y mejorar su calidad de vida. Este uso de la tecnología tiene efectos innovadores en los sentidos del “servicio” y, sobre todo, en la idea de “comunidad” que ahora puede trascender el espacio local y expandirse en un escenario global.
  
  
• Las tecnologías como medio para conectar personas y crear redes solidarias: Su poder es más potente cuando se trata de generar colaboración, trabajo en red y articulaciones horizontales entre actores que intercambian saberes. En los proyectos de AYSS, la fuerza de la construcción en red se expresa, por ejemplo, en la utilización o creación de plataformas orientadas a conectar personas mayores con voluntarios que brindan asistencia y compañía; productores locales con potenciales consumidores, personas que deseen reciclar materiales con organizaciones que los procesan; estudiantes de diferentes países y culturas que intercambian experiencias y saberes. La solidaridad horizontal que supone el AYSS se apoya en esta posibilidad de intercambio y construcción colectiva que ofrecen las redes digitales.
  
  
• Las tecnologías como objeto de conocimiento para el empoderamiento comunitario: Cuando un proyecto de AYSS promueve la inclusión digital, las posibilidades de desarrollo comunitario se expanden. Este es el caso de propuestas que se orientan, por ejemplo, a que mujeres aprendan a usar herramientas digitales que les permitan explorar nuevas oportunidades laborales, o que adultos mayores de la comunidad adquieran habilidades digitales. En el marco de estos proyectos, los estudiantes actúan como tutores de los aprendizajes comunitarios, mientras adquieren competencias digitales y se fomenta la interacción social e intergeneracional.
  
  
• Las tecnologías como oportunidad para amplificar las voces de los y las estudiantes y externalizar la producción de conocimiento escolar: Los medios digitales forman parte de una nueva ecología comunicativa y cognitiva, que combina diversos lenguajes y modos semióticos de representación para la expresión pública de ideas, opiniones, emociones, y también para la externalización del conocimiento académico. Como en el caso de los estudiantes de Comunicación ucranianos que, en el contexto de la guerra, desarrollaron un proyecto para alertar sobre la circulación de noticias falsas y proveer información veraz, en muchas experiencias de AYSS, la producción de videos, imágenes, podcast, animaciones o microrrelatos que circulan en redes sociales ofrece una oportunidad única para amplificar las voces de los y las estudiantes, y hacer visible el conocimiento producido en su marco.

Estos ejemplos acotados dan cuenta de usos muy diversos de las tecnologías, que también se hacen presentes en la coordinación y gestión de tareas, la externalización de los proyectos o la evaluación del impacto comunitario del servicio. Sin embargo, es necesario subrayar que no son las tecnologías las que crean el vínculo solidario. La investigación en el campo (Tapia, 2014) demuestra que las instituciones educativas que pueden hacer un uso significativo de las tecnologías son aquellas que, como parte de su proyecto educativo, se conectan genuinamente con la comunidad, buscan integrarse en redes de conocimiento y ofrecen oportunidades para que las voces de los y las estudiantes sean escuchadas. En estas escuelas o instituciones de nivel superior, la apropiación de las tecnologías por parte de los y las estudiantes revela usos transformadores en tanto las TD potencian la investigación de problemáticas complejas, colaboran con la construcción de vínculos comunitarios sólidos, ayudan a organizar y representar de manera más eficiente la información y los resultados de sus intervenciones; permiten comunicar las iniciativas con sus propios códigos expresivos. Y en ese camino, el uso de las tecnologías también promueve la inclusión social cuando en las comunidades, las condiciones de conectividad son limitadas. Los proyectos de AYSS mediados por tecnología revelan la importancia de la alfabetización digital para la democratización del conocimiento (Tapia, 2014). Pero es finalmente la mirada solidaria, la que permite dotar de nuevos significados y potencialidad a la integración de las tecnologías en instituciones educativas que promueven aprendizajes conectados con la vida para la formación de sujetos activos, críticos, sensibles ante el dolor de los demás, y dispuestos a aprender de y con otros.