La escuela Inmaculada Concepción de Paso del Rey, atraviesa un proceso de “digitalización escolar”. Pertenece a la red de instituciones franciscanas que, por decisión del Ministro provincial de la Orden, Fray Enid Gutiérrez Olmos, comenzó a trabajar con nuevos dispositivos y una plataforma propia, para dar más creatividad y autonomía al desarrollo de las clases. Sobre este caso de la prov. de Buenos Aires, habla su director Adolfo Cánepa, y advierte que no “es esnobismo circunstancial lo que subyace” en los cambios de estos colegios, sino una forma de conocer, que puede ayudar a cada alumno a convertirse en alguien “bueno”, como decía San Francisco de Asís.
Quiero compartir con ustedes la experiencia de esta escuela de la que hoy me toca ser su Director General y Representante Legal. Pertenece a la red educativa de los Frailes Menores Franciscanos, y está inserta en el partido de Moreno. Una gran comunidad quiere y valora sus más de 50 años de trayectoria, donde los propios frailes obraron de docentes. En la actualidad comenzó a desandar ese camino para convertirse en una escuela completamente “digital”. Un lugar donde nuestros chicos, aparte de ser felices como se los ve, tienen la posibilidad de habitar y trabajar en entornos áulicos digitales, desde el nivel inicial.
Esto fue producto de la visión transformadora y la férrea convicción del actual Ministro Provincial de nuestra Orden, Fray Enid Gutierrez Olmos, quien mira a los colegios como grandes crisoles de evangelización, y fuentes, en donde se manifiestan los dones, que nuestro Señor depositó en cada niño. Las instituciones educativas debían ser provistas de los mejores recursos para dar cumplimiento a su objetivo fundacional. La tarea fue confiada a la Secretaría de Educación Franciscana, a través de varios frailes y asesores laicos que llevaron el programa adelante junto a los grupos directivos de todos los colegios de la red.
Hace cuatro años, comenzamos a recibir los nuevos dispositivos digitales a través de la empresa “OGI Technologies” y se organizaron las primeras capacitaciones. Los equipos de directivos lograron alcanzar con convicción, las destrezas de digitalización iniciales, y el conocimiento sobre la verdadera dimensión del proceso que deberían liderar, entre su personal docente. Rápidamente, esta capacitación llegó a los maestros y al profesorado. Se realizó una alianza estratégica con la fundación “Crescer” (originaria de Brasil con actuación en varios países de Latinoamérica). Esta formación, es bueno decirlo, se convirtió en la piedra de toque para el éxito inicial del programa y en su garantía de continuidad.
La capacitación docente duró tres años en los cuales se plasmaron diferentes estrategias y actividades en algunos encuentros. Aprendimos el uso de los dispositivos, el conocimiento para poder operarlos y servirse de sus potencialidades completamente. Luego, comenzamos con el manejo de las herramientas didácticas y programas que podían dar nuevos formatos a la presentación de los contenidos, y estructurar de manera más atractiva las secuencias pedagógicas. A nivel interno logramos diseñar los primeros proyectos, y este material podíamos intercambiarlo con otros centros educativos de nuestra red.
Los temores ante el desafío de trabajar de forma digital menguaron para dar paso a producciones cada vez más autónomas y creativas. Cierto es que no todos los docentes lograban los mismos avances, pero es en estos momentos cuando los responsables del proyecto tienen que apelar a la tolerancia, el acompañamiento y reconocimiento de que cualquier producción por pequeña o sencilla que sea, es una muestra del intento, compromiso y franqueamiento paulatino de la barrera fundacional que se elevaba delante del ánimo de muchos docentes.
Debemos recordar que, tras el deslumbramiento inicial, surgen las ansiedades, los miedos a la adaptación de las nuevas tecnologías que, si no se desinstalan rápidamente, pueden atentar contra la continuidad del programa, o el interés de aquellos docentes bien dispuestos, incluso, el de los propios equipos directivos que se ven lidiando con más problemas de los que antes ya tenían. A medida que se transita el aprendizaje, y si logramos comprender y plasmar en el aula la mejora didáctica, estos fantasmas se desvanecen. El cuerpo docente comienza a aceptar que el proyecto digital de la escuela no podría tener regreso a momentos anteriores de pizarrones y mapas-lámina. De a poco y con un gran trabajo, se instala en el devenir de la escuela el nuevo paradigma que tenderá al logro de las pedagogías digitalizadas.
Nuevas funciones
Nuestra Secretaría de Educación creó cargos novedosos para las plantas de profesores: las Dinamizadoras Pedagógicas Digitales (DPDs) y los Asistentes Técnicos (ATs). Estos actores institucionales, son docentes que colaboran hasta lograr cambios significativos y avances en las aulas. Las DPDs, cumplen el rol de asistir permanentemente a los profesores y maestros en la preparación didáctica de sus clases, colaboran con ellos en el conocimiento y potencialidades de los dispositivos, buscan recursos didácticos novedosos para presentar los contenidos, capacitan a los docentes nuevos y dan soporte a todo el profesorado.
Los agentes pedagógicos garantizan una gestión de calidad del proceso de digitalización en cada escuela. También las DPDs colaboran con la preparación de las capacitaciones externas -que ya comenzaron a tomar nuevas formas “en línea”-, como en las internas, incluso fuera del horario escolar. Esta formación en encuentros virtuales, continúa de modo sincrónico (teleconferencias por internet), como asincrónicos en la forma de capacitación tipo e-learning. Así se permite que los docentes pudieran cursar fuera de los tiempos estipulados, en base a sus posibilidades y momentos libres.
En la inclusión de los Asistentes Técnicos (ATs), está depositada la responsabilidad de lograr que todos los dispositivos funcionen correctamente. No hay nada más desalentador para un docente que preparó su clase digital, que el desperfecto de un aparato trunque su trabajo. Los asistentes conocen a la perfección, el funcionamiento intrínseco de cada dispositivo (pantallas, proyectores, tablets, laptops, plataforma digital, servidores, antenas de internet, tráfico de datos, computers centers, kits de robótica, scanners e impresoras 3D, etc.), y tienen las competencias precisas para la reparación y su puesta en funcionamiento.
El perfil de estos asistentes debe ser muy buscado; poseen capacidades empáticas y una baja respuesta a la frustración: son permanente “bomberos” digitales a quienes todos recurren ante el más mínimo de los problemas.
La Plataforma
La plataforma, es una variante de auto gestión que corre sobre un entorno Moodle y el almacenamiento de datos no depende de un hosting externo que viene del verbo en inglés «to host» = hospedar. Se gestiona desde servidores propios, y propone un gran salto de calidad para el proyecto educativo digital de nuestra escuela.
En el mercado hay muchas ofertas de plataformas personalizadas y gestionadas por proveedores externos. Son paquetes “enlatados” que se muestran atractivos y versátiles. Sin embargo, con buen tino, nuestra Secretaría de Educación Franciscana desestimó esas variantes, y se decidió por la propuesta de OGI Tecnologies; para el desarrollo de las clases. Con ella el docente no sólo comienza a generar sus propios contenidos digitales, sino que también logrará una mayor autonomía y creatividad. Es el maestro o profesor quien gobierna a la plataforma y a sus clases, y no al revés.
Sobre el uso de las Tablets
Tuvimos que incorporar diferentes modelos de tablets, hasta procurarnos aquellos dispositivos que cumplían con solvencia temas como el tráfico de información, potencia gráfica, memoria operativa y capacidad de almacenamiento. Esto generó también la necesidad de disponer de unidades de mantenimiento, que llamamos Carros Cargadores y son muy versátiles para operar estos dispositivos.
Finalmente, nuestro proyecto se completa con la provisión de un mobiliario que dotó a las aulas de una nueva configuración. Cambiamos los pupitres mono o biplaza por mesas comunitarias y sillas ergonómicas móviles que albergan 5 ó 6 alumnos. Estos conjuntos permiten una gran movilidad y funcionalidad que hace verdaderamente efectivo (y cómodo) el trabajo colaborativo de docentes y alumnos. A este mobiliario se suman los anaqueles modulares que albergan y protegen a la pantalla interactiva y al proyector, el computer center (que vino a reemplazar las laptops de docentes para integrar en un dispositivo la computadora maestra, un lector de opacos para proyectar hojas de libros a la pantalla, un sistema de audio e intercomunicador para proteger la voz del docente y la posibilidad de emitir señal desde una antena para intercambiar información). Agrego a esto, los gabinetes para el docente, y pequeños armarios individuales para las pertenencias de los alumnos.
Hoy nuestra escuela está transitando un proyecto integral de educación digital. Pero si vuelvo a los primeros párrafos, la verdadera intención de la Orden Franciscana es hacer de cada escuela una plataforma evangelizadora en donde cada niño o joven logre conocer a Dios, se reconozca como hijo, y desde esa filiación, entienda que el otro sentado a su lado en la mesa de trabajo, o de pie, dando la clase, es su Hermano. No es entonces un esnobismo circunstancial lo que subyace en la decisión de la red educativa franciscana al proveer a sus escuelas de toda esta tecnología que es maravillosa. Pero que ningún objeto cumpliría si -puesta en acto y al servicio de cada alumno-no logra a través de todas esas nuevas formas de conocer, transformarlo, como decía el propio San Francisco, en alguien “bueno”.
El Lic. Adolfo Cánepa es Director General y Representante Legal del “Centro Educativo Franciscano inmaculada Concepción” de la localidad de Paso del Rey, Partido de Moreno (Prov. de Buenos Aires). adolfocanepa@hotmail.com