“La práctica de emprendimientos educativos – productivos de calidad, eficientes y solidarios contribuye a la formación de una nueva mentalidad económica en las nuevas generaciones” Así se expresa Graciela del Campo, profesora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Córdoba, y miembro de la CLAYSS (Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio solidario).
La enseñanza de la cultura del dar y el compartir puede optimizarse desde la perspectiva de la Economía de Comunión y la pedagogía del Aprendizaje-Servicio solidario. Los principios de gratuidad y distribución tripartita de las ganancias, contribuyen al desarrollo de “emprendimientos educativo-productivos-solidarios”. Los estudiantes, orientados por los docentes y en diálogo con la comunidad, realizan un servicio solidario a través de proyectos productivos, en los cuales ponen en práctica conocimientos y competencias de su formación académica, como un aporte al bien común, al desarrollo sostenible y a la mejora en las condiciones de vida de la población más necesitada.
Una breve descripción del enfoque de Economía de Comunión
La EdC como propuesta económica, pretende contribuir a la creación de estructuras económicas nuevas que superen aquellas inspiradas en el afán desmedido de lucro, y la sed de poder y acumulación reinante en un mundo económico exclusivamente competitivo regido por la ley del más fuerte. Este enfoque se fundamenta sobre la praxis fraterna de la comunión de bienes, a nivel personal y comunitario, que se traslada a empresas de toda índole y rubro. Las empresas que adhieren a este enfoque orientan sus ganancias a la promoción de los necesitados, al desarrollo de la empresa y a la formación de personas en la cultura del dar.
Propuesta pedagógica
Entre las propuestas pedagógicas para el nuevo pacto educativo global se encuentra la pedagogía del aprendizaje y servicio solidario (AYSS) que promueve una cultura solidaria. Las experiencias educativas de AYSS son aquellas que integran actividades protagonizadas por los estudiantes, aplicando intencionadamente contenidos de aprendizaje, saberes académicos y curriculares, al servicio de la resolución de problemáticas y necesidades comunitarias.
Esta propuesta se implementa a través de proyectos educativos: la realización de un servicio solidario concreto para y con la comunidad, protagonizado por los estudiantes como activos ejecutores del servicio, que aplican en la acción solidaria los conocimientos, habilidades y competencias adquiridos en clase, en función de los objetivos de servicio comunitario más pertinente; un tipo de proyecto son los emprendimientos educativo-productivos solidarios.
Relación entre EDC y AYSS: aportes
Las prácticas profesionalizantes y los proyectos educativos-productivos solidarios son una oportunidad para vincular EdC y AYSS.
En las escuelas secundarias de educación técnica profesional, o con orientación en Economía y Administración, algunos docentes optan por implementar este tipo de proyectos con algunas variantes:
a. Generalmente, realizan o asesoran a un micro-emprendimiento simulado o real con una finalidad social. Sin embargo, estas prácticas tienen como criterio de distribución de ganancias el beneficio propio, exclusivamente personal o familiar de los involucrados.
b. Otro tipo de iniciativas suelen emplear para estas prácticas la formación de cooperativas escolares, donde los excedentes se distribuyen entre los estudiantes asociados a la misma. En estos emprendimientos cooperativos, la distribución de los beneficios o excedentes queda puertas adentro de la escuela.
c. Una tercera alternativa es la que ofrece la EdC, mediante la utilización del criterio de distribución tripartito de las utilidades/ganancias o excedentes. Según este criterio las Utilidades se destinan a tres objetivos de igual importancia entre sí tales como: la promoción de personas en situación de vulnerabilidad y pobreza (preferentemente externas a la comunidad escolar), la reinversión para el crecimiento del propio emprendimiento (lo que le da sustentabilidad en el tiempo), y una finalidad educativa para la formación a la cultura del dar.
Las consecuencias pedagógicas de aplicar estos lineamientos de la EdC a proyectos educativo-productivos solidarios de aprendizaje-servicio son:
Destinar gratuitamente una parte de las ganancias o utilidades de los proyectos para ayudar a personas o grupos que estén en necesidad y situación de pobreza.
Por lo tanto, una parte de los beneficios del emprendimiento educativo productivo solidario, sea en dinero o en especies, podría destinarse para atender una necesidad comunitaria o de personas concreta, como gesto pro social de gratuidad por excelencia, sin esperar ninguna retribución a cambio por parte de los destinatarios. Según un criterio de solidaridad horizontal, abierta, promocional, no altruista (del Campo, 2012).
Desde el punto de vista pedagógico, ello supone un trabajo reflexivo y participativo de los estudiantes para la selección del destinatario de aquella donación, y a su vez la consideración respetuosa del mismo, para comprobar que sea éste el aporte que necesita y no otro. Esto implica conocer a los destinatarios considerándolos co-protagonistas y partícipes del emprendimiento solidario, aunque sólo aporten su necesidad. Entonces, es fundamental el rol pedagógico de acompañamiento y reflexión conjunta para aplicar criterios de justicia, equidad y solidaridad horizontal fundados en un diagnóstico participativo y con conocimiento de los destinatarios
Destinar otra parte de las ganancias o utilidades al funcionamiento de la actividad productiva escolar/ o fondo rotatorio de proyectos, para la compra de insumos, maquinarias, elementos de seguridad, etc.
Aquí también es importante la participación de los estudiantes. Esta distribución no debería ser una decisión exclusiva de los adultos, docentes o directivos de la escuela ni tampoco dejar solos a los alumnos en esta decisión, que beneficiaría la sustentabilidad y crecimiento del emprendimiento didáctico-productivo, independientemente que sean otros grupos de estudiantes los que le den continuidad. De este modo, también se estaría enseñando la cogestión empresarial, la gestión y administración de los recursos obtenidos.
Finalmente, el destino de una tercera parte para la formación de los estudiantes en una cultura del dar y el compartir. Por ejemplo, para la actualización o formación permanente de estudiantes o docentes.
En el caso de los recursos escolares o de emprendimientos escolares, implica no sólo mejorar el equipamiento, sino también destinar algunos fondos para actualización o formación permanente de estudiantes o docentes; facilitarles el acceso a una capacitación específica que les permita progresar en el emprendimiento. Otro destino puede ser la realización de encuentros, convivencias, reuniones con otros estudiantes que quieren practicar este tipo de economía solidaria, o que faciliten la convivencia escolar y comunitaria. De ambas formas se estaría aportando al desarrollo de competencias pro-sociales de: respeto y valoración del otro, solidaridad, intercambio sociocultural, aceptación de la diversidad, o bien para la realización de “proyectos educativos solidarios” de otra índole o temática.
De este modo, este “plus” de solidaridad que se expresa en el dar y compartir los resultados/utilidades del emprendimiento tanto con la comunidad escolar/universitaria, con los propios protagonistas, como con otros destinatarios externos que aportan su necesidad o carencia, permite hacer efectivo aprender para los demás y no sólo para uno mismo o por puro placer intelectual.
Experiencias de aprendizaje-servicio solidario y comunión de bienes
A modo de ejemplo se mencionan dos experiencias de AYSS, en instituciones educativas y una propuesta curricular que permiten aplicar el principio de distribución de las utilidades según los criterios de la EdC.
Escuela 1-503 “Río Tunuyán”. Los Árboles, Depto. Tunuyán, Mendoza. Escuela pública de gestión estatal, ubicada en zona rural de frontera, brinda educación de nivel inicial y primario. Experiencia Educativa Solidaria: “FM Crecer, la radio de los chicos”. Una radio al servicio de la comunidad y del aprendizaje de los alumnos, en una escuela de alta montaña. En 1998, a partir de la obtención de un aparato de FM, el docente generó un proyecto pedagógico integral centrado en la radio. La programación, totalmente preparada por los estudiantes de educación primaria, está orientada a atender las necesidades de los pobladores de la zona y a preparar a los alumnos en el uso de la comunicación como herramienta social. Los estudiantes a través de la radio escolar ofrecían información meteorológica y programas culturales al servicio de la comunidad rural. Lo recaudado por publicidad, (gracias a una la legislación educativa de la provincia de Mendoza que lo autoriza), la Escuela lo destinaba por una parte al mantenimiento de la radio, insumos y equipos (criterio de sustentabilidad del emprendimiento), otra parte se destinó al comedor escolar (mejoramiento de las condiciones de educabilidad de sus alumnos) y una tercera parte se entregaba a organizaciones de bien público de la región como el hospital regional (aplican el criterio de donación gratuita para un bien social)
Este emprendimiento radiofónico permitió el desarrollo de los contenidos de todas las áreas curriculares, especialmente las vinculadas a la comunicación. De este modo, esta experiencia de aprendizaje y servicio solidario aplica aún sin explicitar los criterios de distribución de la EdC.
Universidad Nacional de Gral. Sarmiento. Prov. de Buenos Aires, Argentina. La práctica educativa solidaria denominada “Laboratorio intervenciones: de apoyo a organizaciones comunitarias”, involucra a todas las carreras de la universidad. Esta Universidad estatal, destina el 15% de los ingresos por servicios a terceros para la realización de proyectos solidarios con la comunidad, protagonizados por los estudiantes que, guiados por sus docentes, ponen en práctica sus conocimientos al servicio de necesidades reales de su comunidad, de organizaciones de base, de municipios, etc. compartiendo el conocimiento académico al servicio del desarrollo local.
Por otra parte, a partir del año 2011, la Provincia de Buenos Aires incorporó en el currículum oficial para la Escuela Secundaria con orientación en Economía y Administración, la asignatura: “Proyecto organizacional”, que permite la realización de “Proyectos sociocomunitarios solidarios” o de AYSS con la finalidad que los estudiantes encuentren un espacio donde integrar intereses, conocimientos y saberes en un proyecto propio vinculado a necesidades comunitarias. Éstos pueden estar destinados a organizaciones con o sin fines de lucro, en ambos casos requieren de la reflexión y las prácticas propias de la economía y la administración aprendidas a lo largo de la orientación. Este nuevo espacio curricular, así como los tradicionales de economía y teorías de la organización, son ámbitos favorables para el desarrollo de emprendimientos educativos solidarios inspirados en la propuesta de la economía de comunión.
Conclusión
CONCLUSIÓN:
Ante la cultura del tener y acumular, el descarte y la competencia sin fin, que llena de sinsentido la vida de tantos jóvenes, la vinculación entre EdC y AYSS puede contribuir a la formación de una nueva mentalidad económica en las nuevas generaciones mediante la práctica de emprendimientos educativos productivos de calidad, eficientes y solidarios.
Los emprendimientos o proyectos organizacionales realizados por los estudiantes pueden aplicar la división tripartita de las ganancias, enriqueciendo la experiencia de praxis económica de los estudiantes, haciéndolos partícipes de experiencias de solidaridad, cooperación, co-gestión y promoción del desarrollo en beneficio de los más pobres. Estas experiencias permiten reflexionar y vivenciar el sentido de justicia social y la contribución de la economía al bien común de la sociedad, contrarrestando los efectos negativos de la sociedad de consumo, el exitismo, y el afán desmedido de lucro. Ofreciéndoles a los jóvenes especialmente, la oportunidad de vivenciar la alegría de la cultura del dar y el compartir, y el sentirse protagonistas de una nueva manera de actuar y desarrollarse en comunidad.
Fuente: Graciela del Campo es Magíster en Doctrina Social de la Iglesia por la U. Pontificia de Salamanca. Trabaja en el equipo técnico del Programa Nacional Educación Solidaria del Ministerio de Educación. Comenta que una versión de este artículo fue publicado en las actas de las Jornadas de Epistemología en Ciencias Económicas, UBA (2022) y puede resultar de interés a los docentes, especialmente de las orientaciones técnicas, de economía y administración. gracieladelcampo@clayss.org.ar; gradelcampo@gmail.com
Bibliografía
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del Campo, Graciela (2012): “¿De qué solidaridad hablamos cuando decimos aprendizaje-servicio solidario?” En Herrero, A. y Tapia M. N. (comp.) Actas de la II Jornada de Investigadores en Aprendizaje Servicio, Buenos Aires, agosto 2012
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