Formarse para ayudar
Viendo las necesidades del pueblo, Zatti se perfecciona en su profesión. Progresivamente se hace responsable del hospital, estudia y valida sus conocimientos ante el Estado cuando le es requerido. El P. De Roia agrega: “Sobre la formación cultural y profesional, recuerdo haberle visto libros y publicaciones de medicina y preguntándole una vez, cuándo los leía, me dijo que lo hacía por la noche o en tiempo de siesta de los enfermos, una vez terminados los papeles del Hospital”.
Su estilo de vida lo llevó a un compromiso en el cual se encontró directamente con los pobres, con los enfermos, con los más necesitados. Por eso, la profesión de enfermero tenía un plus: su presencia era un testimonio de la bondad de Dios. Pensemos que esta forma simple de ver la realidad nos puede ayudar a entender mejor la vida de nuestro hermano, poniendo especial atención en el término “directamente”.
En esta perspectiva encontramos lo más genuino de Zatti, que evidencia aquello que llamamos “vida religiosa” o “consagración”. Por eso Artémides es un salesiano santo. Es un enfermero santo. Es la herencia que nos ha dejado a todos. Y ese es el desafío que aparece a nuestra puerta y nos convida a realizar.
Fuente: Por José Sobrero SDB. Boletín Salesiano de Argentina.