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El futuro ya llegó… y está entre nosotros

“Es el presente lo que debemos transformar” expresa el profesor Santiago Peluso – Presidente de la Red Educativa Marianista y miembro de FAERA – que rememora para este mes de la educación una frase de la joven Malala Yousafzai; símbolo internacional y activista por la educación de las niñas contra las restricciones de los talibanes en Pakistán, su país natal. Ante la Asamblea General de la ONU (2013) dijo: “Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar al mundo. La educación es la única solución, es lo primero”.

“El futuro llegó hace rato”, cantaban los Redonditos de Ricota… “Llegó como vos no lo esperabas”, agregaban. 

Por eso el título de este artículo advierte que el futuro ya está entre nosotros, también en la educación, hace rato. Mirar el futuro, creo que hoy es mirar el presente.

Con frecuencia se habla de futuro en las escuelas y la sociedad también muchas veces señala que el futuro depende de lo educativo.

Sin embargo, me parece que debemos prestar mucha más atención al presente, que nos muestra señales de un mundo social totalmente distinto, por ejemplo, al de hace 10 o 20 años, y que es este presente con el que la escuela debe trabajar, y colaborar con su transformación en el plano personal y social.

Digo colaborar, porque además están las familias y los medios de comunicación, que influyen en forma positiva o negativa en esa construcción escolar y social.

Los gobiernos y los sindicatos también deben participar de este Pacto Educativo Global que el Papa Francisco viene proponiendo desde 2020. Pero quiero centrarme aquí, en esta reflexión, dentro de la Escuela.

¿Y si acordamos ya, entre todos los actores clave, una transformación dentro de las Escuelas?

Para eso hacen falta pactos entre los educadores y los estudiantes, entre los directivos y los educadores, y un acuerdo sobre cómo enseñar y cómo aprender. Y sobre qué es lo prioritario y lo urgente hoy. Todo esto junto, promoverá lo que prefiero llamar “una buena escuela” en lugar de “calidad educativa”.

“Cuando notemos que un grupo de alumnos, entre otras cosas, además de saber aplicar operaciones matemáticas en la realidad cotidiana, comprenden textos que los animen en su personalidad, ejerciten alguna conducta ciudadana y solidaria, y sepan percibir el mensaje de una canción, una película, una poesía, un mensaje en red, una noticia falsa o una publicidad comercial, estaremos en presencia de un camino de transformación personal y social. Esto sería el resultado final de un verdadero Pacto general sobre la calidad de la educación”. (Pacto Educativo, la educación como práctica de una transformación personal y social, Santiago Peluso, Editorial PPC, 2020).

En Argentina estamos cumpliendo 40 años de democracia. También han pasado 40 años de educación. 

Suelo escuchar ciertos grados de insatisfacción o decepción, tanto de la democracia como de lo educativo. Según mi mirada de todo el panorama educativo argentino, se notan desigualdades y desniveles socio-educativos evidentes, y tal vez sea más oportuno y pertinente destacar en la educación tanto algunos créditos alcanzados, como los desafíos que nos indican algún estado de emergencia y urgencia para actuar. 

Créditos

  • Cobertura casi total en Primaria y Secundaria. Alta y creciente cobertura en Nivel Superior.
  • Avances de renovación didáctica en el Nivel Inicial.
  • Presencia y contención significativa de la Escuela en sectores vulnerados.
  • Intentos de mejorar las metodologías de estudio.
  • Compromiso del sector docente en su trabajo, a pesar de las dificultades.
  • Destacada tarea de las Escuelas Rurales.

Desafíos

  • Deserción notable en Secundarios
  • Falta de cobertura en Nivel Inicial
  • Deficiencias en la conectividad y la tecnología en sectores más vulnerados
  • Garantizar un financiamiento adecuado y un presupuesto eficaz
  • Urgente debate y direccionamiento sobre el rol del docente educador y su capacitación cognitiva y metodológica
  • Situación de emergencia educativa en resultados de aprendizajes básicos no correspondida con eficacia en la realidad
¿Dónde centrar nuestro foco de atención en las escuelas? Destaco lo que me parece prioritario a desarrollar en nuestra pedagogía y nuestra actividad escolar:
  • Priorizar la vocación del guía educador constructivo inspirador para atender especialmente a los alumnos que más necesitan al maestro.
  • Recuperar más lo esencial de la vocación para reforzar la autoridad en la guía y de conocimientos (planificación y revisión de prácticas docentes). “Un buen educador es alguien capaz de convertir cualquier concepto en algo interesante, es propio de quien enseña también con emoción y pasión…
  • Lo irrenunciable, lo básico. Comparto a continuación varios aspectos que, a mi entender se deben asegurar y no pueden faltar en nuestras prácticas con los estudiantes:
La correcta lectura y comprensión de textos, escribir bien, expresarse adecuadamente, buen desarrollo del cálculo, la memoria como herramienta (no vista como inteligencia aunque ciertamente desarrolla la mente), enseñar para la comprensión en el desarrollo de la construcción del conocimiento, el sentido de observación crítica, aprender a preguntar, a estudiar, la inteligencia emocional, la tecnología, el arte y el deporte, enseñar a pensar y resolver problemas, enseñar a desarrollar buenos hábitos…
Parece muy importante también prestar atención a situaciones crecientes de maltrato entre los estudiantes en la convivencia escolar. Cuidar, curar y compartir: las 3 C de una buena Escuela. Sobre todo en estos tiempos de post pandemia que han dejado secuelas y heridos… “Enseñar a buscar el sentido de las cosas también es educar. Hay que educar la cabeza, el corazón y las manos. El pensar, el sentir y el hacer” (Papa Francisco).      
De esa manera y con todos estos aportes y premisas, seguramente podríamos compartir un presente-futuro con alumnos que aprenden a ser personas, personas que aprenden a ser ciudadanos, y ciudadanos que transformen esta sociedad en una civilización más humana y fraterna.
“Una mente abierta, un corazón solidario y unas manos que llevan a la práctica una idea en un tono colaborativo, de bien común… una escuela que aporte sentido y ofrezca sabiduría…”
Sé muy bien que varios aportes que identifiqué y disparé en esta breve nota merecen más desarrollo y reflexión compartida. Bienvenido sea el debate dentro de nuestra sociedad, dentro de nuestras escuelas, en nuestras salas de maestros, de profesores, en esas tantas reuniones de equipos de trabajo que debemos aprovechar para encontrarle el sentido, la vuelta y el giro a una situación emergente que merece atención y urgencia.
En este mes de la educación, les deseo a todos mis compañeros de esta hermosa y “sagrada vocación”, mucho ánimo frente a la adversidad, renovar con cierta épica, mística y apasionamiento nuestra tarea, y felicitaciones a todos los que siempre trabajan con compromiso y pasión por una educación mejor…

Santiago Peluso

Santiago Peluso es educador y comunicador social. Profesor de Ciencias Políticas y Sociales, de Educación en la Fe y de Teoría y Pedagogía de la Comunicación Social y miembro de la Federación Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina. Fue Rector del Colegio Lourdes y Vicedirector Nacional de Cáritas Argentina. Ex Representante legal de la Escuela de Fátima en Villa Soldati. Integra el Grupo Compromiso con el Financiamiento Educativo. Director ejecutivo de Educare y miembro de la CADE (Campaña Argentina por el Derecho a la Educación). También es autor de libros para la educación y ciudadanía, catequesis, y cine.

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