Hemos recibido la triste noticia de que la hna. Bernardita, quien el año pasado recibió de parte del Consudec la distinción Divino Maestro, ha partido a la casa del Padre. Lamentamos su fallecimiento y deseamos acompañar con nuestro afecto y nuestras oraciones a sus seres más queridos.
Breve semblanza
Fue presentada por la Madre Superiora Provincial de la Congregación Hermanas Franciscanas de Gante, Hna. Lidia Seri, en reconocimiento y gratitud por su trayectoria y vocación educativa al servicio de la Educación Católica.
Nació Chajarí, Provincia de Entre Rios y tuvo dudas entre estudiar medicina o la consagración religiosa. Ésta última fue su prioridad . Años más tarde pidió permiso a la Superiora de la congregación de hermanas Franciscanas de Gante en Paraná para estudiar medicina, quien le respondió: «ES SU VOCACIÓN, HÁGALO».
Se recibió en tan sólo cinco años. Tres años después en 1980, llegó a Las Lomitas, provincia de Formosa, junto con dos religiosas más, las Hermanas Estela Gimenez y Carmen Mogni. En esa localidad fundaron el Hogar diurno Juana Teresa, en el que se brindan servicios de alimentación, higiene, y una formación integral con ayuda escolar, deportes , informática catequesis y sobre todo de contención a cada uno de los niños. Actualmente cuenta con salitas de 4 y 5 y niños en edad escolar quienes en contra turno, realizan su escolaridad.
Simultáneamente trabajó en una pequeña sala que adaptó para recibir a los vecinos de zonas cercanas. A los aborígenes los visitaba en sus propias comunidades y sintió la necesidad de organizar un programa para atenderlos, ya que para ella sola era imposible visitar todas las comunidades cada día. Por eso eligió un representante de cada comunidad como agente sanitario y cada uno de ellos recibió un curso de formación en primeros auxilios y algunos conocimientos sobre cómo detectar las enfermedades que existen en el monte formoseño. Así nacía el sistema de A.P. S Atención Primaria de la Salud, que en 1983 quedó integrada a los servicios que presta el Hospital local.
En el año 1994 fue voluntariamente a la guerra en África, conocida como el Genocidio de Ruanda, y en Yomba, un lugar en lo alto de una montaña en Zaire, a 130 km de la población más cercana, colaboró en la atención de unos 70 mil refugiados quienes trataban de sobrevivir a la guerra.
Por su tarea incansable y solidaria fue designada médica del año en 1997.
Recibió la Distinción Divino Maestro, el 27 de septiembre de 2019, pues su vida ha sido conforme al lema de este galardón, “Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia”. No pudiendo concurrir por cuestiones de salud fue representada por la hermana de la Madre Provincial, Sra. Lidia Seri.