Las instituciones educativas portan el malestar, y son cajas de resonancia de las problemáticas sociales propias de una época, pero ¿cuánto pueden contribuir para mejorar la convivencia? Esta investigación ayuda a las escuelas a atravesar los conflictos no sólo como algo inevitable en toda relación humana, sino como oportunidad para el desarrollo de muchas habilidades.
La mediación y la negociación son recursos que se utilizan a diario en las escuelas para abordar los inconvenientes propios de la convivencia con los demás. Pero, también permiten atravesar procesos de diálogo y encarar el conflicto desde una mirada en la cual los dos ganan cuando hay algo que trasciende.
La especialista Florencia Brandoni escribe que la mediación puede estar centrada “en generar ligazones”. Señala que los programas de resolución pacífica de conflictos, tienen un elevado impacto en la educación y “apuntan a promover aprendizajes de las personas en procesos colaborativos”. Un tema que se alinea con una de las funciones primordiales de la escuela: la socialización de niños, niñas y adolescentes.
Desde el paradigma de la mediación, la mirada sobre el conflicto y su resolución, difiere de las lógicas competitivas, en las cuales alguien gana y otro pierde. Se basa en una lógica colaborativa que apunta a los intereses de las partes involucradas, para llegar a una solución mutuamente satisfactoria. La invitación es a atravesar el proceso conflictual como algo inevitable en toda relación humana, en forma activa y responsable. Lo que implica una oportunidad para el crecimiento y el desarrollo de habilidades. Se apuesta a la palabra como herramienta fundamental, al diálogo y el reconocimiento del otro, como otro legítimo, sustento de toda posible convivencia.
Hay autores que sostienen que la escuela de hoy requiere una pedagogía de la democracia donde los alumnos no sólo aprenden conceptos, sino también experiencias como votar, tomar decisiones en conjunto, y hacerse cargo de lo que argumentan, evalúan, o debaten. Es decir, modos de relacionarse que alcanzan efectos profundos en la manera de vincularse, y reproducen en otros contextos de interacción.
El rol del mediador
Como la mediación es un proceso voluntario, neutral y confidencial, la intervención de un tercero imparcial propicia una conversación entre las partes, sin tomar partido por ninguna de ellas. Además, tiene un marco, ya que se desarrolla en un tiempo y espacio definido, con roles específicos.
Es fundamental que se base en la escucha activa, porque abre un espacio al otro con sus dichos, acerca de la cual versa el conflicto. Requiere dejar en suspenso los propios juicios, deseos, valores e incluso las posibles respuestas que uno daría como salida al problema.
Este ejercicio activo de la neutralidad implica una secuencia de la comunicación: preguntar, escuchar, mostrar comprensión y estimular la reflexión. Al recomenzar con las preguntas se permite abrir el conflicto, conocer los intereses en juego y los modos en que cada uno siente y necesita que se satisfagan sus deseos y necesidades que se encuentran obstaculizados en la dinámica vincular con los otros.
Para implementar los diferentes enfoques de resolución de conflictos en la escuela, es importante considerar el contexto específico, su historia, trayectorias, las personas que integran dicha institución, y el proyecto educativo, entre otros factores. Siempre resulta necesario que los adultos responsables ejerzan su rol, desde cualquier función que ocupen en la escuela, para posibilitar el crecimiento y aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes de su comunidad.
La mediación es sólo un dispositivo que resulta de utilidad en ciertas situaciones, y se complementa con otros modos de intervenir en problemáticas o malestares de los ámbitos educativos. Es un proceso que permite explorar, conocer, y analizar para re plantear el conflicto, en otros términos. Posibilita la expresión de las emociones en el diálogo y la toma de decisiones. Y actúa en el compromiso sobre los acuerdos arribados. Por eso, se considera que la mediación es un recurso educativo, y como proponen algunos autores “cumple un rol pedagógico respecto a las posibles formas de enfrentar las situaciones de conflicto”.
La mediación en Argentina
Existe un camino, pero está en sus primeras etapas. Tiene aportes significativos en lo teórico, y en la transmisión de experiencias. En la capacitación docente se puede resumir en los siguientes puntos:
- Se puede trabajar la mediación escolar como un proyecto pedagógico y no puede estar fuera de la función de la escuela.
- El aula es el lugar privilegiado, igual que la tarea del docente que establece criterios de enseñanza – aprendizaje en procesos democráticos. Es importante resaltar la autoridad como transmisión de saber.
¿Cuáles son los objetivos de una capacitación?
Primero, la reflexión sobre la propia tarea, para repensar las modalidades de intervención frente a los conflictos y sus formas de comunicación. Es un desafío permanente. Y es imprescindible desarrollar recursos en los docentes para ofrecer respuestas eficaces a la convivencia. No alcanza con identificar el responsable o implementar castigos disciplinarios, porque los conflictos son grandes oportunidades de aprendizaje y es fundamental recordar que la mediación es portadora de valores. Según la autora, F. Brandoni, el docente “irradia” con sus actitudes un fuerte mensaje en valores que va generando, a veces, inadvertidamente un determinado clima grupal, absolutamente fundamental para la enseñanza.
Experiencias de resolución de conflictos
Podemos mencionar las más significativos:
- Programas de mediación dentro del proyecto de convivencia escolar.
- Programas de mediación entre pares.
- Programas de sensibilización y reflexión sobre los conflictos interpersonales en la escuela.
- Programas de negociación en la escuela.
Cualquier programa debe estar articulado con el proyecto pedagógico institucional. La mayoría de las escuelas manifiesta un creciente interés y compromiso en torno a estas experiencias que deberían ser articuladas también con las familias. Esto pone de manifiesto que el proceso de enseñanza-aprendizaje ocurre en el marco de un vínculo que lo define. La figura el docente, del director, tiene una importancia ineludible, con su impronta en lo social, cultural y familiar. La institución, como educadora, tienen el desafío de sostenerlo.
De aquí surgen algunas preguntas: ¿Qué sostiene a los docentes y alumnos en el lugar que la sociedad les ha otorgado? ¿Quién está habilitado social, afectiva e institucionalmente para enseñar si no es el docente? ¿Cómo debe ser ejercida la función de autoridad? ¿Cuál es la modalidad actual de la pedagogía? ¿Cómo es el posicionamiento que tenemos frente a nuestros problemas y los modos en los que los resolvemos? ¿Debe la escuela considerar en el proceso de enseñanza-aprendizaje la resolución de conflictos como una prioridad? Si obviamos este tipo de formación, ¿Estamos educando para la vida? El objetivo es generar espacios de reflexión sobre esta temática.
La mediación en la escuela:
Ventajas y limitaciones de su implementación
Algunas ventajas: La realidad actual presenta aspectos nuevos, sorprendentes y complejos. La mediación crea la esperanza de resolverlos. Por eso, la escuela puede promover una educación en esta práctica con actitudes como la solidaridad, el compromiso, respeto, cooperación, perseverancia, creatividad, proactividad, paciencia, confianza, y diálogo. Algunos autores sostienen que la mediación podría dar origen a transformaciones culturales. La técnica puede servir como excusa, con sus limitaciones, para conocer el mundo emocional de los protagonistas del ámbito escolar.
Algunas limitaciones: La mediación plantea limitaciones respecto al abordaje de conflictos más profundos. La complejidad de algunas dificultades, requieren de un acompañamiento especializado y de una adecuación importante a los tiempos escolares. La realidad social actual se aleja de valores como la solidaridad, la colaboración y cooperación. Esto exige a todos los educadores poder sostenerlos.
Algunas conclusiones: Para que se produzca un cambio real y obtener resultados consistentes, es necesaria la capacitación del personal educativo, con el acompañamiento, asesoramiento y evaluación de los procesos, a cargo de especialistas en el tema. Será necesaria una verdadera convicción institucional para sostener y apoyar los cambios que se generen.
Fuente: Puntos destacados de la conferencia central del Licenciado Fernando Bertonati. Prof. de Filosofía. Psicólogo. Apoderado Legal, a cargo de la gestión de los colegios del arzobispado de Mendoza. Vicepresidente del Consejo de Educación Católica de la prov. Lo acompañó Natalia Iluminati, Magíster en psicoanálisis y especialista en mediación familiar.