Evaluar con una mirada integral que no ignora los miedos o las dificultades de los alumnos, es la propuesta de Cynthia Nuñez, directora de nivel secundario en el Colegio Nuestra Señora de Luján de la localidad de Máximo Paz. Diseñó un proyecto para esta instancia del aprendizaje, que evita a los chicos “llevarse muchas materias o repetir el año, como ocurrió en 2018…”.
El proceso de evaluación y de rúbricas que puso en marcha la directora de este colegio ubicado en la provincia de Buenos Aires parte del trabajo conjunto con el equipo docente que la acompaña.
Hace apenas cuatros años, su escuela funcionaba bajo la órbita de la Congregación Pobres Hijas de San Cayetano, frente a la parroquia de Máximo Paz. Pero, en 2014, cuando la Fundación Cultural del colegio Nuestra Señora de Luján de Parque Patricios asume el desafío de brindar una educación de calidad en el lugar, Cintia Núñez pasó hacerse cargo del nivel medio en la enseñanza.
Se trata de una escuela católica ubicada en el conurbano y en la que predomina una población humilde y sencilla. Sus docentes son de la misma localidad, y algunos que viajan desde la capital, son muy bien recibidos. Además, es un establecimiento que registra un crecimiento sostenido de la matrícula, hasta llamar la atención de un diario local. Allí, en una entrevista, los profesores expresaron: “Nuestra idea es brindar una educación que contemple al chico en todos los aspectos; desde el corazón hasta una educación que les sea útil en la vida, que puedan hacer experiencia, que puedan darse cuenta de que la escuela les sirve”.
Entonces, el lema del colegio es: “Para educar el corazón del hombre tal como Dios lo creó”, y responde al interés por ofrecer una relación humana y pedagógica diferente. O como lo plantea la directora del secundario, que para ella “lo más importante en este tema de la evaluación, es cómo la miramos”. Si “podemos decir que es necesaria para una calificación y para que los alumnos muestren lo que saben” o también para dar espacio y generar la pregunta: “pero, ¿qué pasa con esos chicos que no llegan justo cuando el calendario les dice que hay que cerrar el trimestre?”.
Un punto de partida
Muchos docentes pensarán que utilizamos “la evaluación en proceso” responde Cintia Núñez a la consulta realizada. Pero ella siempre se cuestionó “cómo verdaderamente hacemos el acompañamiento” de un adolescente que llega a la instancia de ser examinado. “En nuestra escuela comenzamos a mirar a los alumnos y sus capacidades diferentes, incluso sus limitaciones.” Agregó que “Junto con los profesores tratamos de ver y pensar qué criterios de evaluaciones se iban a tener en cuenta para cada materia y para cada trimestre. Entonces, decidimos que un mes antes de que termine este período se entreguen los boletines parciales con los criterios evaluados hasta el momento”.
La directora señala que con este sistema se ayuda tanto al alumno como a la familia a poder trabajar juntos, y en alianza también con la escuela que desarrolla una línea de trabajo con propuestas para mejorar.
Si el alumno cierra el trimestre con una nota baja, a la semana siguiente o posterior a la entrega de boletines, debe retirar el llamado “plan de recuperación de contenidos” que tendrá que realizar durante la semana, pudiendo solicitar la ayuda del docente. Una vez que transcurre esta instancia, el alumno vuelve a ser evaluado con diferentes modalidades (a través de la exposición oral o escrita o con la actividad que el profesor considere apropiada como puede ser un trabajo práctico) Finalmente, si el alumno aprueba esta instancia no rinde la materia.
Pero, si se la lleva a diciembre, explica Cinthya Núñez, como bien puede ocurrir según el caso, los alumnos se preparan con estos planes de recuperación que los docentes y la dirección prepararon durante todo el año escolar. Y, asimismo aclara que, para cada unidad, la pregunta más importante sigue siendo ¿qué es esencial aprender de estos contenidos? Porque con las carpetas, los libros utilizados y con la cuidadosa selección de las actividades que forman parte del Plan de recuperación, los docentes pueden darse cuenta también qué temas son los que verdaderamente están costando a sus alumnos.
Este acompañamiento, así como se lo plantea, permite que los chicos puedan transitar la secundaria con más seguridad, expresa la directora, que puede afirmar que en 2018 ningún alumno repitió. Si tienen materias previas, la tarea continúa y los profesores prestan mismo apoyo. Pero el mensaje es, que se puede aprender con alegría.
La escuela Nuestra Señora de Luján de Máximo Paz titula el proyecto institucional de 2019 “¿Realidad qué tenés para mí?”, el cual inspira el trabajo de todo el ciclo lectivo e integra las asignaturas con sus respectivas propuestas metodológicas y de contenidos.
Es un colegio que llama a “reconocer, contemplar y admirar lo que “es”, lo diverso a mí, que me atrae justamente por su belleza y preguntarse por el sentido y significado de su existencia, es esencial para el desarrollo humano personal y social”.