“La educación tiene un inmenso potencial para convertirse en semillero de una nueva cultura ecológica” afirma Mónica Visenti, educadora, vice presidenta de la Fundación Espacios Verdes. En este décimo aniversario de la encíclica Laudato Si, ella subraya que el papel clave de los docentes es vivirla: “Cuando los y las estudiantes ven en sus profesores coherencia, respeto por la vida, sencillez y compromiso, aprenden mucho más que en cualquier clase teórica”, agregó.
EL LEGADO DEL PAPA FRANCISCO
Desde la publicación de “Laudato si’ en 2015, el Papa Francisco nos interpela, en un llamado firme y claro a toda la humanidad: debemos cuidar la creación, nuestra casa común, con urgencia y responsabilidad. Pero no se trata solamente de plantar árboles o reciclar, sino de impulsar una transformación profunda de nuestra cultura, nuestros valores y nuestras prácticas. En ese proceso, el papel de los educadores y las educadoras es fundamental.
“Laudato si’ propone una ecología integral, es decir, una visión que reconozca las conexiones entre el ser humano, la naturaleza, la economía, la política y la cultura. Esta perspectiva invita a superar la visión fragmentada del mundo y a formar personas con una mirada amplia, crítica y compasiva. En este contexto, la educación no puede limitarse a transmitir contenidos: debe formar corazones sensibles, capaces de cuidar y comprometerse con el bien común.
Leer Laudato si’ es una llamada a la coherencia y a la creatividad. Nos interpela especialmente la frase: “Todo está conectado” (LS 91). Podemos comprender, que cada decisión educativa, desde el diseño curricular hasta las dinámicas del aula, puede contribuir (o no) a formar ciudadanos y ciudadanas responsables y comprometidos con el planeta. ¿Cómo enseñamos?: ¿estamos formando consumidores pasivos o construimos una ciudadanía activa y solidaria? ¿Promovemos el cuidado, la cooperación y la empatía, o solo la competencia y el éxito individual?
La educación tiene un inmenso potencial para convertirse en semillero de una nueva cultura ecológica.
Pero más allá de los contenidos y las actividades, el testimonio y el ejemplo de los y las docentes es clave. Laudato si’ nos recuerda que no basta con enseñar valores: hay que vivirlos. Cuando los y las estudiantes ven en sus profesores coherencia, respeto por la vida, sencillez y compromiso, aprenden mucho más que en cualquier clase teórica.
Francisco nos enseño que: “La educación será ineficaz y sus esfuerzos estériles si no logra transmitir también una nueva actitud respecto al ambiente” (LS 213). Por eso, es urgente revisar nuestras prácticas, abrir espacios para el diálogo profundo y fomentar la participación activa de los y las estudiantes en la búsqueda de soluciones reales; el mejor homenaje que podemos hacer a Francisco.
Laudato si’ llama a una educación ecológica como un proyecto colectivo, que involucre a las familias, las comunidades locales, las iglesias, las organizaciones sociales, las autoridades educativas y desde ya, a los protagonistas de toda esta historia, los y las jóvenes . Este enfoque colaborativo, cooperativo, puede ser un camino para sanar la fragmentación y construir comunidades educativas más humanas, justas y sostenibles.
En tiempos de crisis ambiental, social y espiritual, tenemos una gran responsabilidad de la mano de una oportunidad. Podemos ser sembradores de esperanza. Formar una nueva generación de personas que no solo “sepan más”, sino que vivan mejor: con conciencia, solidaridad y respeto por la vida.
Porque, como nos enseño el Papa Francisco en esta encíclica: “La esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una salida, que siempre podemos cambiar, que siempre podemos hacer algo para resolver los problemas” (LS 61). Educar es, hoy más que nunca, un acto de esperanza activa por un mundo mejor.
FUENTE: Dra Profesora Mónica Visenti monicavisenti@gmail.com Abogada-Profesora en Ciencias Sociales. Vicepresidenta de la Fundación Espacios Verdes. Directora de enlace de Escuelas Secundarias en la Secretaría de Educación del Municipio de Lomas de Zamora. Profesora de Nivel Secundario en Colegio Modelo Mármol. Colegio Modelo Parque Barón e Instituto Nuestra Señora de Lujan de Lomas de Zamora. Asesora en la Fundación Encontrar se en la Diversidad. Miembro del jurado del Certamen Literario del Centro Ana Frank de Argentina y su Consejo Académico.
