Una mirada de la Magister Natalia Lorena Favas, Rectora del Inst. Sup. Antonio Ruiz de Montoya, Misiones, hacia el interior de la formación docente: cómo “dar sentido al quehacer pedagógico” y el propósito de la investigación educativa.
Para el lanzamiento del Pacto Educativo, el Papa Francisco envió un mensaje manifestando la necesidad de reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión. Además, sostuvo que es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna.
El Santo Padre nos llama a una transformación, como también se plantea en el Pacto Educativo Argentino, donde la prioridad está puesta en el tratamiento de la educación y su necesidad de cambio ante las situaciones actuales y las coyunturas emergentes, focalizándose diversas problemáticas que impactan, movilizan y a la vez generan desafíos permanentes para todos los actores del sistema educativo. En el cual, los institutos superiores de formación docente, tienen una marcada responsabilidad y compromiso junto a otros sectores de la sociedad y donde el Estado, debe ser asertivo con las políticas educativas que pone en vigencia.
Al respecto, la formación docente durante décadas se ha construido y reconstruido, y en ese recorrido, fue interpelada por el contexto político, pero también social, económico y cultural; lo que demandó y lo sigue haciendo, de una intervención constante para el alcance de una educación de calidad de los futuros docentes.
En este escenario, ante la amplitud y la complejidad de temas que emergen, se consideran dos acuerdos que surgieron de las instancias de escucha y diálogos en los encuentros hacia el Pacto Educativo Argentino, que son relevantes en el campo de la educación: la formación docente inicial y la implicancia de la investigación educativa para la mejora del sistema formador.
La formación docente inicial desde la necesidad de contar con docentes que guíen y orienten la formación académica, científica, humanística y cultural. Sobre todo que se logre garantizar, a los estudiantes que transitan su proceso de preparación, el acceso a contenidos actualizados, útiles y significativos desde la mirada de la educación para la innovación con la inclusión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la presencia de nuevos paradigmas evitando posicionarse en una matriz de modelos tradicionales y con un claro objetivo que les posibilite construir caminos alternativos para desenvolverse como profesionales en una sociedad cada vez más compleja y exigente.
Cuando se hace referencia a la innovación y TIC, éstas son entendidas como recursos que potencian los procesos educativos, propician prácticas desestructuradas y permiten vislumbrar nuevos modos de aprender, que, a su vez, exigen creatividad para la generación de propuestas, responsabilidad y discernimiento al momento del uso de las herramientas, la reconstrucción de saberes y la integración en la cultura digital, como procesos necesarios en la formación docente.
Tal es el desafío que se cierne, además del requerimiento de propiciar una formación de docentes idóneos y capacitados en conocimientos, es esencial su formación cristiana, en valores y que se comprometan con el otro, “poniendo en el centro de todo proceso educativo a la persona”.
La formación humanística debe hacer simbiosis con la dimensión disciplinar específica, ya que ambas se fortalecen y posibilitan la adquisición de verdaderas competencias profesionales que predisponen al trabajo y al servicio de los demás.
Lo mencionado es fundamental, y puede lograrse cuando los estudiantes que recorren la formación docente, se nutren de las diversas experiencias de aprendizaje, reflexionan críticamente y se enfrentan sin temores a los desafíos, en la construcción de un nuevo sentido del quehacer pedagógico.
Es necesario entender a la investigación como una herramienta que permite proyectar reales cambios en lo pedagógico, didáctico y curricular
Otro compromiso que se desprende del Pacto Educativo Argentino es “rediseñar la carrera docente”, y se presenta con la necesidad de la generación de espacios para la investigación educativa, con instancias y encuentros que favorezcan el abordaje de las problemáticas que los preocupa, con un verdadero y profundo análisis del contexto donde ocurre el hecho educativo.
Desde esta perspectiva, es necesario entender a la investigación como una herramienta que permite proyectar reales cambios en lo pedagógico, didáctico y curricular, en donde se puedan poner en palabras los pensamientos y tensiones que interpelan lo cotidiano y permiten transformar el trayecto formativo de los estudiantes.
En ese camino de mejora de la formación docente, los procesos de investigación cobran importancia cuando de ellos surgen nuevas propuestas de enseñanza, se fortalecen las actividades existentes y se renuevan las experiencias de aprendizaje que enriquezcan los recorridos formativos.
Por lo descrito, la formación docente se direcciona hacia la promoción de la investigación para profesionales libres, pero sobre todo reflexivos, que no solamente se movilicen para el acceso al conocimiento, sino que también tengan presente el para qué y por qué se necesita realizar investigación educativa en congruencia con la mejora de las prácticas docentes.
Todo lo expresado refleja lo que se hace, pero también, lo que se proyecta por hacer. Este desafío no es sencillo, implica poner la mirada hacia el interior de los institutos de formación docente y comprometer a todos los actores educativos al trabajo colaborativo para la resignificación de la formación docente.
Natalia Lorena Navas
Rectora del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya – Posadas, Misiones. Doctoranda en Educación, Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Magíster en Educación con Orientación en Instituciones y Prácticas Educativas, Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Lic. en Gestión Educativa, Universidad Nacional de Formosa (UNaF). Prof. de Biología, Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya (ISARM). Diplomada en Gestión del Aula invertida utilizando las TIC, Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
