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Desde La Rioja: Inspirados en la encíclica Laudato si’

En el Centro Educativo Diocesano Pío XII de La Rioja, los alumnos de séptimo grado fabrican mochilas sustentables utilizando bolsas de alimentos para mascotas. El proyecto que nació en la clase de Tecnología sirve para no arruinar los útiles escolares durante los días lluviosos.  Un aprendizaje interdisciplinario que promueve la solidaridad y “el desafío de estar atento a las necesidades de los otros” dice Amelia Haydee Lucero, directora de primaria.

 

“La Rioja no es una provincia lluviosa” comenta el profesor de Tecnología Joaquín Albornoz al hablar sobre los comienzos de una idea innovadora que partió “de una problemática concreta”: los estudiantes ingresaban a la escuela con sus útiles mojados tras las lluvias excepcionales que se registraron el año pasado en la región. Entonces, y para poder protegerlos, buscaron soluciones que embarcaron a toda el aula en un proceso productivo. El proyecto se llamó “Dando la vuelta” y logró que chicos de séptimo grado pudieran diseñar y fabricar mochilas sustentables, con bolsas de alimentos para perros y gatos. Los productos finales se presentaron en la Feria Nacional de Educación, Artes, Ciencia y Tecnología de Tecnópolis; y una de ellas llegó a Roma, a manos del Papa.

En un encuentro virtual con el Consudec, las estudiantes Camila y Uma, junto con sus docentes y directivos explicaron cómo vivieron la puesta en marcha “de una experiencia enriquecedora que posibilitó el desarrollo de diversas habilidades tanto prácticas como analíticas”, dijo el profesor Albornoz; permitiendo que “a través del trabajo en equipo los alumnos adquirieran conocimientos de diferentes áreas como Ciencias Naturales, Construcción Ciudadana, Matemáticas, y el aporte de los profesores de religión también”.  

Las alumnas explicaron que al comienzo del proyecto “surgieron muchas ideas como hacer un paraguas para la mochila o un piloto. Pero finalmente se nos ocurrió una mochila, y se eligió como material (bolsas de alimentos), porque cumple con nuestros objetivos: es impermeable, resistente y a la vez se reutiliza, así que cuidamos la casa común”.

El armado les llevó alrededor de dos meses. “En la primera mochila tuvimos algunas fallas entonces fuimos mejorando el proceso. Reforzamos las costuras, el bolsillo, los cierres y hombreras con menos relleno” dijeron. Finalmente, el diseño, consensuado entre todos los alumnos, permitió que todos trabajaran en equipos distintos, como el de recorte, o el del armado de una etiqueta propia con información sobre el cuidado y mantenimiento del objeto.

Además, construyeron una cartuchera realizada con la misma metodología. 

Por su parte, el profesor Joaquín Albornoz detalló cómo fue la recolección del material utilizado. “Cada uno traía las bolsas de su casa, y pasaban por un proceso de lavado con un trapo húmedo. Un mes después, se nos acercó el dueño de la distribuidora Animal Zoo y nos comentó que, al propietario de una marca de alimentos de mascotas, le interesó mucho el proyecto y nos mandó 30 bolsas sin utilizar”.  A este gesto se sumó otra iniciativa, una campaña para recolectar más bolsas y para la cual convocaron a la ciudadanía. “Los chicos se encargaron de la selección de las bolsas, porque hay un material más débil o que tienen una lámina que no sirven. Ellos hicieron la mayor parte del trabajo en el aula, pero fueron a un taller para la parte de la costura con una máquina industrial, una profesional les fue explicando cómo era el proceso para que aprendan las diferentes técnicas. Dos de los compañeros pudieron vivir la experiencia de usar la máquina, pero con precaución”, continuó el docente.

Una juventud sensibilizada

 

“Toda esta experiencia permitió que comenzáramos a apoyarnos en la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco; a lo largo del año pasado hemos reflexionado, trabajado y vivido la raíz de este documento” señaló el profesor Joaquín. 

Finalmente, el proyecto de la comunidad educativa riojana llegó a la Feria Nacional de Ciencias, en Tecnópolis, con una recepción muy positiva. También una mochila junto con una carta fue enviada al obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, quien se ofreció a llevar este producto ecológico al Vaticano, mientras participaba del Sínodo de la Sinodalidad. Durante el evento eclesial, monseñor Braida se acercó al Papa y le contó la historia de la iniciativa, le entregó una mochila que finalmente el santo padre agradeció enviando un correo electrónico con su bendición y felicitación a toda la escuela Pío XII.

Para el profesor Joaquín Albornoz “sin dudas este proyecto nos plantea desafíos futuros”. “Una de nuestras docentes es de Chaco, – dijo – y el mal clima de lluvias en esa provincia motivó que actualmente la comunidad del Pío XII se embarcara en una acción solidaria para donar 30 mochilas y hacerlas llegar a la provincia de Chaco. Este año será así”.


Un trabajo interdisciplinario

El profesor Joaquín Albornoz explicó que el proyecto obligó a adelantar contenidos de matemáticas, “el docente tuvo que enseñar a calcular la capacidad de la mochila que se mide en litros, y en este caso, había que hacer la conversión. También en el área de Ciencias Naturales se trabajó sobre los materiales, y en Lengua con entrevistas: un trabajo de campo con preguntas simples pensadas por los chicos ¿qué llevas en tu mochila? ¿Cuál es el modo de cargarla? ¿Cuántos útiles traés?”

La mochila es resistente, impermeable y con gran capacidad: de 18 litros o 20 litros. “Probamos ponerles hasta siete cuadernos adentro y aguantan muy bien, son bastante amplias. Las usamos para todo”. Otra indicación es que no se lava en el lavarropas, sino a mano con un trapo húmedo, sin utilizar cepillo o algún objeto que pueda rayar el material”.

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