En este número, sin dejar de seguir profundizando sobre los desafíos del Pacto Global Educativo, quisimos centrarnos en los 10 años de Evangelii Gaudium, documento que nos regalara el Papa Francisco al inicio de su pontificado y que resulta programático de toda su acción apostólica a lo largo de estos años.

Queremos agradecer especialmente a Mons. Jorge Ignacio García Cuerva, Arzobsipo de Buenos Aires, que nos regaló la nota de tapa por este aniversario

“Evangelii Gaudium” ha sido un llamado a centrarnos en el encuentro personal y comunitario con Jesús, encuentro que lleva siempre a la alegría.

Recientemente, el Papa ha insistido en la catequesis de los miércoles en que “el mensaje cristiano, … , es el anuncio de «una gran alegría»”. Mensaje que debemos trasmitir en nuestras comunidades a los estudiantes, pero también entre los docentes.

Una comunidad que vive el evangelio es una comunidad que es capaz de vivir la alegría aún en la dificultad, porque sabe que el Señor está en medio de ella y confía en su providencia.

En momentos en que todas las familias se ven impactadas por la situación socioeconómica de nuestro país, más que nunca debemos ser transmisores de la alegría del evangelio. Alegría que está enraizada en la esperanza.

Debemos ser capaces de transmitir esa alegría en cada una de nuestras aulas, alegría que surge de un corazón que se ha encontrado primero con Jesús y que como los discípulos de emaús no duda en salir urgentemente a compartirla con los demás.

Este último tiempo, hemos recibido dos regalos la canonización de Mama Antula y la beatificación de Cardenal Eduardo Pironio. Ambos han sido modelos de la trasmisión del evangelio aun en medio de las dificultades y vivieron con alegría su misión.

Que, tomándolos como ejemplo, seamos transmisores fecundos de este mensaje a todos y cada uno de los que nos rodean.