deneme bonusu yatırımsız deneme bonusu veren siteler casino siteleri 2024 deneme bonusu veren siteler bahiscom Betzula starzbet ilbet giriş sahabet onwin

Novedades

El pacto educativo global en la escuela como lugar irrenunciable

“Implica niveles de organización para encarnarlo en las aulas, en las paredes de los establecimientos educativos, fuera de ellos y desde ellos” – escribe Ana Carolina Parma, presidenta de la Junta Arquidiocesana de Educación Católica de Córdoba

La escuela: ese lugar irrenunciable al que acudimos en nuestras vidas todos (o casi todos) y que acompaña nuestro crecimiento, que nos recibe niños, nos reniega y nos inspira adolescentes, y que luego nos impulsa para hacernos adultos para que de algún u otro modo volvamos a ella, a veces padres, a veces docentes, a veces vecinos, hoy puede convertirse en la pista de aterrizaje de la propuesta del Papa Francisco de un PACTO EDUCATIVO GLOBAL, pero tiene la responsabilidad de permitir que desde ella despeguen nuevos modos de educar, con una multiplicidad de voces, en un concierto que no siempre es armonioso pero debe ser generoso y hospitalario para recibir a todos quienes tengan algo para decir. 

Como camino para la educación, el PEG podría pensarse muy bien desde una concepción profunda del hacer pedagógico. Implica reconocer, revisar y actualizar representaciones y conceptualizaciones sobre el mundo, nuestro lugar en él y nuestros modos de ser humanos en sociedad.  Sin embargo, es mucho más que eso, implica niveles de organización para encarnarlo en las aulas, en las paredes de los establecimientos educativos y fuera de ellos, desde ellos.  

Fases del camino para hacer realidad el Pacto educativo global: 

La sensibilización y comunicación. es necesario acudir a los aportes y la fuerza de los medios y caminos creativos, que en los recursos humanos y simbólicos de una comunidad siempre pueden estar disponibles y que en el tiempo histórico que compartimos están atravesados muchas veces por un utilitarismo sin sentido.

Esta puede ser la ocasión de trabajar evangelizando estos itinerarios con la participación protagónica de los más jóvenes, quienes necesitan espacios de escucha y participación liderando temas sensibles e importantes. 

Los jóvenes en el manejo simbólico de la comunicación, desde sentidos tan nobles, encontrarán un medio y lenguaje que les es conocido, propio, a la vez que harán “el lío” que esta propuesta necesita.  

Vivimos el tiempo líquido, pero podemos convertirlo en agua que calme la sed de quienes lo necesiten, evitando que se nos escape entre los dedos.

Planificación y diseño. Debe haber un momento para teorizar las prácticas educativas y hacer praxis de esos puntos de partida teóricos, en el terreno que este PEG supone. Y es oportunidad de hacerlo desde una mirada más integral, comprometida y estratégica, tanto en los lenguajes que atraviesen las iniciativas, como las miradas éticas sobre las que se propongan las reflexiones, y sobre todo el vínculo con el entorno, abriendo las convocatorias a múltiples interlocutores.

Será la educación la que posibilite advertir herramientas a los integrantes de la comunidad para desarrollar criterios profundos, trascendentes y superadores en su vínculo con el medio. Esto le permite a la escuela subjetivarse como sujeto social en el tiempo histórico que vive, construye y espera. Este reto de un nuevo modo de hacer la educación, arraigada en el tiempo y espacio real de los habitantes y ciudadanos, implica superar el binomio tradicional docente- estudiante para dar lugar a los otros del contexto real que, sin tener lugares específicos en las instituciones, las habitan como referentes del medio y que pertenecen al mundo social, productivo, cultural y político.  

La inspiración que su Santidad propone, necesita estar anclada en la realidad concreta del aquí y ahora, siendo la oportunidad que nos permite relacionar la historicidad de nuestras acciones académicas con el presente complejo y dinámico, mirando las consecuencias del hacer humano. Pero es también el momento esperanzador para recuperar el catalejo de la utopía, para sabernos en camino, para llegar a otras orillas del proyecto social ahora compartido. No es sólo el QUÉ sino el CÓMO: en una tarea sinodal que no delegue el entramado a otros, sino que nos encuentre juntos como artesanos entusiasmados en la construcción de una nueva vasija para otro humanismo más solidario.    

Pero siempre surge la pregunta sobre cómo hacerla posible en un nivel de concreción áulico, que además no suponga nuevas y snobistas agendas que luego se diluyan en el camino, cuando la ebullición inicial se aquieta. Es entonces que se puede trazar un orden práctico con los ejes, pero impregnando de nuevos estilos la naturaleza del tratamiento de los contenidos en la vida escolar. 

Las acciones constituyen el momento-encrucijada de decisiones institucionales que en su selección necesitará centrarse en fortalecer una ecología integral donde todos somos necesarios y complementarios. El PEG es ese momento en el que visibilizar la experiencia diversa con formatos, momentos y actores diversos: charlas, webinars, foros, podcasts, encuentros, mesas debate, radios abiertas, convivencias, festivales, para encarnar articuladamente la vida escolar, eclesial y social. Que el Pacto Educativo Global se haga local en el corazón y contexto de cada institución, permitiendo hacer circular la palabra, la acción y la vida en la cultura institucional. 

Hay entonces que pensar:

Poner la persona en el centro; escuchar a las jóvenes generaciones; promover a la mujer; responsabilizar a la familia; abrirse a la acogida; renovar la economía y la política; y cuidar la casa común, serán los principios transversales de hacer escuela, refundándola no sólo en sus fines y objetivos, sino en sus pasos de invitación colectiva, de esas otras aulas para nuevos significados.  

Respetuosos de la historia institucional, los modos de gestionar colaborativa y sinodalmente son un pacto en el que ninguno debería estar ausente. En la aldea global, que sea la inequidad y la indiferencia lo que se licúe; para todo lo demás las fronteras ya no pueden separarnos, sino encontrarnos edificando puentes y caminos para incluirnos. 

La escuela: ese lugar irrenunciable al que acudimos en nuestras vidas todos (o casi todos) y que acompaña nuestro crecimiento, que nos recibe niños, nos reniega y nos inspira adolescentes y que luego nos impulsa para hacernos adultos para  que de algún u otro modo volvamos a ella, a veces padres, a veces docentes, a veces vecinos, hoy nos reúne para no defraudar el pacto humano, refundante, comprometido y creativo.

La escuela…. Ese lugar irrenunciable.

Fuente: La Lic. Ana Carolina Parma es Directora de Nivel Superior NS Valle. Tiene un posgrado en Gestión de Instituciones Educativas, Maestría en Ciencias Sociales y Doctorado en Estudios Sociales de América latina.  carolparm@gmail.com 

Suscribite a nuestro Newsletter

Ahora podés recibir las novedades y nuestra revista de modo gratuito
en tu e-mail
¡SUSCRIBITE!

Newsletter y Revista