La directora del Departamento de Educación de la UCA, Magíster Gabriela Azar, plantea que “repensar de manera estructural la formación docente” implica capacitar “jóvenes comprometidos con la realidad y la diversidad”. El Aprendizaje Inclusivo y Efectivo y el Programa UNIR Educación, en sintonía con el llamado a un Pacto Educativo.
La educación es una de las mayores fuentes de oportunidad para los niños y las jóvenes generaciones, especialmente para las niñas y las mujeres que a menudo se enfrentan a barreras y desigualdades en el acceso y la calidad de la enseñanza. Consciente de esto, recientemente el Papa Francisco ha convocado a un Pacto Educativo Global, un encuentro para reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión.
Entre los desafíos que el Papa propone, destaca poner a la persona en el centro de cualquier proceso educativo y promover la plena participación de las niñas y las jóvenes en la educación, así como el reconocimiento y la valorización de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
Si bien se han dado avances significativos en estos temas, se observan aún altas tasas de repitencia, sobreedad y abandono escolar, especialmente en los sectores más vulnerables. Asimismo, se evidencian desigualdades territoriales, socioeconómicas y de género que afectan el derecho a una educación de calidad para todos.
En este sentido, es necesario fortalecer el sistema educativo argentino con políticas públicas que garanticen el acceso, la permanencia y el egreso oportuno de todos los estudiantes; que promuevan una educación inclusiva, equitativa y diversa; que fomenten el desarrollo integral de las personas; que estimulen la participación ciudadana y el compromiso social; que potencien la innovación pedagógica y tecnológica; y que reconozcan el rol fundamental de los docentes como agentes educativos.
Desde el Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina (UCA) contribuimos a este llamado del Papa Francisco, concretamente a través de la implementación de un modelo educativo que desde el 2010 nos propusimos como nuevo paradigma educativo para formación docente. Éste se denominó modelo de Aprendizaje Inclusivo Efectivo (AIE-UCA).
Es un paradigma de formación docente basado en aptitudes (capacidades) que pone el énfasis no sólo en qué enseñar, si no también cómo se enseña a partir de cualificaciones docentes que pueden desarrollarse gradualmente. El modelo AIE-UCA hace hincapié tanto en cuestiones conceptuales como en aspectos procedimentales y valorativos. Es decir, el programa de formación docente busca, tal como sugiere el informe Futuro de la Educación de la UNESCO, la formación integral de los estudiantes de los Profesorados de Educación Inicial y de Educación Primaria. El programa AIE-UCA se inspira principalmente en el modelo creado por el Alverno College a partir de la década de 1970 (Aguerrondo y Gómez Caride, 2019). Sin embargo, durante el proceso de creación del programa también se analizaron y recibieron aportes de otras experiencias internacionales como ser el Project Zero de la Universidad de Harvard y el marco metodológico de enseñanza conocido como EpC (Enseñanza para la Comprensión).
El programa AIE-UCA se propuso ofrecer carreras de formación docente innovadoras. Por ello se creó un programa de disrupción profunda que se materializa en el nivel de la gestión institucional y también de los procesos de enseñanza en el espacio del aula. Es decir, AIE-UCA propuso un cambio estructural que permite una mejor enseñanza de las habilidades del siglo XXI.
El modelo descansa sobre diferentes postulados principales. Y entiende que es preciso proponer una educación humanista e integral, centrado en la persona. A su vez, AIE-UCA considera que el conocimiento es inseparable de su aplicación. Por último, también se propone que las aptitudes son combinaciones complejas de conocimientos, valores, disposiciones, habilidades y percepciones (saber, saber hacer, saber ser).
El modelo descansa sobre diferentes postulados principales. Y entiende que es preciso proponer una educación humanista e integral, centrado en la persona.
En el marco de este proceso, desde el Departamento de Educación de la UCA, se profundizó en la importancia de la diversidad y de la inclusión para el modelo AIE-UCA. Desde nuestra universidad se valora la riqueza de un estudiantado diverso y comprometido con una nueva visión de la educación. Resulta relevante promover la formación de estudiantes que poseen potencialidades para desarrollar su vocación docente en un contexto de inclusión, innovación y excelencia.
El modelo AIE-UCA se propone un proyecto integral de innovación educativa para el cual la diversidad social y cultural son pilares fundamentales. Así como interesa que los egresados de los profesorados cuenten con las herramientas necesarias para poder enseñar en aulas diversas y heterogéneas, también es crítico que las aulas en la misma Universidad representen la integración social y la no discriminación por la que abogamos. Como consecuencia de ello se han elaborado estrategias para diversificar nuestra población estudiantil, lo cual pudo materializarse, en parte, con el desarrollo del programa UNIR-Educación. El propósito fundamental del programa es ayudar a que estudiantes egresados del nivel medio, y que residan en barrios y villas de emergencia, puedan continuar sus estudios universitarios. Los estudiantes becados, pertenecientes a colectivos marginalizados, cuentan con asistencia financiera plena y estipendios especialmente diseñados para satisfacer sus necesidades.
Desde la UCA sostenemos que nuestra propuesta es innovadora en un contexto nacional en el que las ofertas formativas que se centran en aprendizaje basado en el desarrollo de aptitudes docentes son escasas. A su vez, comprendemos que el programa de aprendizaje inclusivo que promueve aprendizajes diversos (pero no desiguales) y equivalentes en calidad, es una propuesta innovadora y disruptiva para el status quo. Estamos también convencidos de que nuestra visión de un aprendizaje efectivo que se concentra en consolidar enseñanzas que se acreditan mediante un complejo entramado de evidencias y desempeños, también nos permiten lograr que nuestros estudiantes de los Profesorados cuenten con las herramientas para ofrecer una educación en y para la diversidad con calidad y equidad.
Entendemos que nuestra propuesta de formación docente nos lleva a un cambio paradigmático que implica repensar de manera estructural las tres dimensiones que caracterizan al triángulo didáctico: conocimiento, enseñanza y aprendizaje. Lo que proponemos es una mirada diferente en relación con la interacción entre los tres elementos de este triángulo.
En concordancia con el informe de la UNESCO, nos propusimos abandonar la enseñanza como transmisión bancaria, para virar hacia la organización (sistémica, no lineal) de experiencias de aprendizaje con valor y con sentido. Tal como sugiere el informe Futuros de la Educación abrazamos la incorporación de pedagogías participativas basadas en la cooperación. Es decir, desde el programa UCA-AIE buscamos formar jóvenes comprometidos con la realidad y la diversidad; para ello, insistimos que este tipo de docencia solamente puede alcanzarse a través de un trabajo verdaderamente colaborativo.
A su vez, entendemos que el desarrollo de currículos organizados por aptitudes nos permite maximizar la importancia del saber actuar de manera reflexiva, autónoma y creativa. En concordancia con los lineamientos del informe Futuros de la Educación, el éxito de nuestro programa AIE-UCA descansa, al menos en parte, en unas claves institucionales que promueven la importancia del trabajo colaborativo y reflexivo. Es por ello que el programa de formación docente AIE-UCA ha incorporado que nuestros profesores cuenten con tiempo fijo semanal para el trabajo en grupo. La totalidad del claustro de docentes de los profesorados tiene, a su vez, una reunión semanal en la que todos participan y comparten desafíos y buenas prácticas. A pesar de las dificultades planteadas por la reciente pandemia, hemos logrado mantener ininterrumpidamente estas reuniones semanales, porque compartimos la convicción del informe Futuros de la Educación, con respecto a la necesidad de repensar a la docencia como un trabajo esencialmente colaborativo.
Gabriela Azar
Miembro del Observatorio Argentinos por la Educación y Directora del Departamento de Educación de la UCA.
