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El nivel inicial y la crianza respetuosa

La escolarización de los niños desde la más temprana edad y las investigaciones que proponen “no retrasarla”.  “¿Qué es aquello que el Nivel Inicial puede brindarles para favorecer su desarrollo y enriquecer sus experiencias?”. Una colaboración especial del padre Juan Manuel Ribeiro – secretario de la Comisión de Educación del Episcopado – con los aportes de la Lic. en Cs. de la Educación Laura Lorenzo; vice directora del Instituto Cristo Maestro del Arzobispado de Buenos Aires.

La Universidad de California en Berkeley realizó un estudio longitudinal durante 25 años, acompañando la trayectoria escolar desde el nivel inicial hasta la etapa universitaria y primera inserción laboral. Comúnmente, las investigaciones educativas, por diversas cuestiones se focalizan en temas puntuales sin llegar a evaluar los impactos a largo plazo que, en materia educativa, se pueden ver mejor a lo largo del tiempo. Esta investigación, que llevó tantos años, concluyó que los niños que habían realizado el nivel inicial desde la más temprana edad alcanzaban, en todos los aspectos, mejores resultados a lo largo de su escolaridad, inclusive en los estudios superiores. Además, lograron mejores desempeños laborales y conductas pro sociales relacionadas con la capacidad de entablar mejores vínculos, estabilidad emocional, capacidad de trabajar en equipo y en comunión con los demás.

¿Por qué se realizó entonces esta investigación? Por qué en los Estados Unidos, como ahora en muchas partes del mundo incluida Argentina, existen movimientos y corrientes educativas que, sosteniendo legítima y honestamente la necesidad de repensar la educación, proponen retrasar la escolaridad, o incluso que sus hijos no pasen por la escuela.

Más allá de los límites objetivos y problemas que tiene el formato actual de la escuela, no podemos negar que la institución educativa otorga una gran cantidad de herramientas fundamentales para el crecimiento de los niños y de los jóvenes.

Después de la pandemia hubo familias que prefirieron demorar la escolarización de sus hijos hasta los 4 años, momento en que comienza a ser obligatoria la inscripción en el nivel inicial. Retomando el estudio norteamericano que mencionamos, la experiencia educativa muestra que los niños que más tempranamente se escolarizan, alcanzan conocimientos, competencias y capacidades que en el hogar no llegan a alcanzar, ya que la socialización con otros niños en la escuela es el peldaño irremplazable para aprender cosas que solo en el colegio se aprenden.

Las familias, cuando sus hijos son pequeños, se enfrentan a la importante decisión acerca de su escolaridad. En esta instancia, al tener que resolver su asistencia al Nivel Inicial, se ponen en juego temores, inseguridades, cambios en la dinámica familiar y, quizás lo más difícil, la angustia de separarse de sus hijos por unas horas, confiando que los dejan en los brazos de las maestras que los cuidarán y protegerán con responsabilidad amorosa. Esperando además que sea respetada la cultura, el lenguaje, las pautas de crianza, las miradas hacia el futuro que como familia proyectan sobre sus hijos.

Más allá de los motivos por los que las familias decidan que los pequeños asistan a una institución educativa, por cuestiones de organización familiar o por convicción, es necesario que conozcan cuáles son las características de la edad y qué es aquello que el Nivel Inicial puede brindarles para favorecer su desarrollo y enriquecer sus experiencias.

Al ingresar a la sala de 2 y 3 años, los niños ya han logrado una relativa autonomía habiendo adquirido la marcha, lo que les permite desplazarse, recorrer el espacio y conocer, gracias a su enorme curiosidad, todo aquel objeto y persona que se encuentre a su alcance. Asimismo, han iniciado el proceso de representación, logrando evocar objetos ausentes y acontecimientos pasados.

En este sentido, la sala de 2 años cobra gran relevancia, ya que, al encontrarse en permanente interacción con niños de su edad, se puede observar cómo paulatinamente su vocabulario se acrecienta y logran poner en palabras aquello que quieren nombrar o recordar, pasando de palabras-frase a oraciones completas.

El desarrollo del lenguaje en un niño escolarizado en sala de 2 es sumamente notable en relación a un niño no escolarizado gracias a que se amplía la socialización que recibe en su casa. Por otro lado, como se trata de procesos individuales que no tienen edades exactas de desarrollo, quienes se encuentran aún en proceso de adquisición de la comunicación verbal, ante la necesidad de comunicarse con sus compañeros, intercambiarán gestos, objetos o se comunicarán “a media lengua”.

Es en esta necesidad de comunicación e intercambio y a través de la imitación, que encuentran la motivación para adquirir paulatinamente mayor cantidad de palabras. La escuela cumple esa gran tarea de colaborar en la adquisición del lenguaje y, por consecuencia, en la amplitud del pensamiento. A más palabras, mayor desarrollo cognitivo y razonamiento.

Esta es la heterogeneidad que encontramos en las salas de 2 y 3 años: diferencias en su desarrollo, en la adquisición de conocimientos, los diversos puntos de partida en relación con los contenidos y los distintos ritmos de aprendizaje, aspectos que la docente al planificar, anticipará y considerará al seleccionar los contenidos y organizar las actividades.

En las salas de dos y tres años, el conocimiento de los niños será enriquecido a través de propuestas que propicien las experiencias, que girarán en torno a la construcción de la identidad y la convivencia con los otros, al desarrollo corporal, a la indagación del ambiente social y natural y a la expresión y comunicación, buscando organizar el conocimiento que el niño trae por estar inserto en el medio, acrecentándolo y perfeccionándolo.

La escuela, lejos de violentar los tiempos del niño, los acompaña y los incentiva. ¡Qué mejor que un especialista en psicología evolutiva y educativa, que un docente profesional, para respetar los tiempos de crianza y crecimiento de un niño, sabiendo qué proponerle para aprender en cada momento!

La multitarea es una modalidad organizativa privilegiada porque favorece el desarrollo de actitudes de autonomía, promueve el trabajo en el pequeño grupo, respeta los tiempos de aprendizaje individuales y al ofrecer propuestas desafiantes contribuye al logro y concreción cotidiana de una educación integral

Así, en la vida cotidiana del jardín, muchas veces será la multitarea la protagonista de la jornada, permitiendo que los niños se acerquen al contenido a través de aquella propuesta que les resulte más interesante y asequible. Según la especialista Malajovich: “La multitarea es una modalidad organizativa privilegiada porque favorece el desarrollo de actitudes de autonomía, promueve el trabajo en el pequeño grupo, respeta los tiempos de aprendizaje individuales y al ofrecer propuestas desafiantes contribuye al logro y concreción cotidiana de una educación integral.”

Participar en un pequeño grupo permite a los niños mayor interacción, mayor participación directa para accionar, proponer, acordar; es decir, se hace posible el inicio de una verdadera experiencia cooperativa, cooperar con otros, porque es un número de niños lo que posibilita esta acción. Para esto, el docente pone a disposición una variedad adecuada de alternativas con cantidad y calidad de materiales que permitan el desarrollo de cada opción.

Es necesario destacar que a esta edad, el niño necesita sostener un vínculo afectivo con sus docentes, y cobra relevancia la presencia afectiva del adulto que lo contiene y que le ofrece seguridad respetando sus tiempos en todo momento. En este marco es que son señalados, con serenidad, los límites y pautas que ayudarán a que el niño pueda desenvolverse en un clima de alegría en el que podrá explorar, jugar, intercambiar y aprender cada día cosas nuevas.

En el ingreso al nivel inicial, comienza entonces una alianza educativa entre la familia y la escuela, entre los padres y los docentes, desde la cual, caminando junto a los niños, los irán guiando en su crecimiento personal a través de cada etapa de su infancia y posterior adolescencia.

Los propósitos educativos en estas salas consideran al niño de manera integral, atendiendo aspectos expresivos, lúdicos, motores, afectivos y cognitivos, siendo la escuela un espacio de amor y cuidado donde suceden los aprendizajes de una manera diferente a la que puede darse en otros contextos, a través de la interacción con pares, con la guía y acompañamiento de profesionales de la educación que saben qué aprendizaje se debe impartir, cómo, cuándo y por qué hacerlo.

La escuela no solo es un ámbito de sociabilidad más, como podría ser la familia o un club, sino que es un ámbito de sociabilidad educativo donde la centralidad está puesta en el saber y en el aprendizaje. Por eso, es verdad la afirmación de que no se socialibiliza sí o sí institucionalizando a los chicos en la escuela, pero también es verdad que solo la escuela los dota de un tipo de sociabilidad propiamente educativa, más allá de que siempre y en todos lados se puede aprender.

El jardín tiene a su vez una misión cada vez más valorada en reconocer tempranamente dificultades sociales, cognitivas y de salud, que al ser detectadas en las fases iniciales pueden, no en pocas oportunidades, ser corregidas y superadas.

En la escuela, desde el nivel inicial, como en toda la educación formal, el aprendizaje es planificado y llevado a cabo por profesionales de la educación que, con su expertise y formación, logran en los niños pequeños desarrollen capacidades y competencias imprescindibles para las etapas posteriores.

No quedan dudas que la temprana escolarización de los niños los dota de herramientas fundamentales para el nivel primario y secundario, pero fundamentalmente para toda la vida.

Todos sabemos lo fundamentales que son los primeros cinco años de vida en todas sus dimensiones; si cuatro de los cinco primeros años se transitan en la escuela, les estaremos dando a los niños uno de los mejores alimentos para su futuro: la educación.

Sin querer polemizar con quienes sostienen la “crianza respetuosa”, ya que algunas de sus afirmaciones son importantes a tener en cuenta, podemos enfatizar que la escuela es parte de la “crianza respetuosa” por todo lo que hemos descrito en este breve artículo. Estamos convencidos que la escolarización en el nivel inicial es fundamental en los primeros años de vida de todo niño.

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