Editorial Bonum y PPC Argentina presentan el último lanzamiento de su catálogo: el libro sobre el Pacto Educativo Global. Líneas estratégicas. Una edición a cargo de Monseñor Ángelo Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación Católica; que incluye el aporte de diversos especialistas, los mensajes del papa Francisco y el prefacio del cardenal Giuseppe Versaldi.
El 12 de setiembre de 2019, el papa Francisco invitó a un Pacto Educativo Global, para promover juntos e impulsar “aquellas dinámicas que dan sentido a la historia y la transforman de modo positivo”.
En esta obra, se presentan las directrices y los temas centrales del Pacto Educativo en sus diversas articulaciones. Las aportaciones ponen de manifiesto las cinco áreas de investigación en las que se ha profundizado: el diálogo interreligioso e intercultural, la dignidad y los derechos humanos, la cultura de la paz y de la ciudadanía, la fraternidad y la cooperación, como también las tecnologías y la ecología integral. Y en la segunda parte, se presentan algunas actividades que ya han tenido lugar en diversas instituciones y que se están desarrollando ulteriormente a la luz del magisterio reciente.
El índice del libro que tiene 371 páginas presenta el siguiente temario: El Pacto Educativo Global en la perspectiva de la ecología global, del desarrollo sostenible y de la tecnología ética, por Jorge Humberto Peláez, sj.
La fraternidad y la cooperación. Repensar el papel de la universidad, por Domenico Simeone / Rita Locatelli con los subtítulos: El peligro de una «catástrofe educativa». La educación al servicio del desarrollo de la persona y de la comunidad. Repensar el papel de la universidad y la cooperación entre estas instituciones para el desarrollo local.
La segunda parte aborda orientaciones, actividades y eventos como el Congreso «Educación, derechos humanos, paz». Visita y discurso del papa Francisco y la inauguración de la exposición del artista Othman Alkuzaiem titulada «Caligrafía para el diálogo: promover la cultura de la paz mediante la cultura y el arte»
También figuran las experiencias de Scholas Ocurrentes y el Pacto Educativo Global en tiempos de la pandemia del covid-19, por José María del Corral y Enrique Palmeyro.
Y otras propuestas de aprendizaje y servicio; Maria Cinque / Irene Culcasi /Laura Dalfollo / Carina Rossa, del Instituto Sophia de Roma. Por último, aborda temáticas de Educación para la ciudadanía, con el objetivo de una ecología integral. Y ¿Cuáles son hoy los desafíos más importantes de las escuelas? Educación y fraternidad, y las conclusiones de Mons. Angelo Vincenzo Zani.
El prefacio
El cardenal Giuseppe Versaldi describe que: “La educación católica, junto al aprendizaje y el estudio, pone en el centro el servicio al bien común y al desarrollo integral a través de acciones compartidas y transformadoras en la convergencia de mente, corazón y manos.
Las metodologías pedagógicas y didácticas actuales –tanto las formales como las informales– nos impulsan a salir de nosotros mismos y a encaminarnos hacia el otro. De este
modo, se invita, a su vez, al educando a crecer y madurar a través de una experiencia de acercamiento, de empatía y de acción.
Se trata de crear las condiciones para un cambio de paradigma, a fin de que la educación, a través de un itinerario creativo e inclusivo, tenga como meta promover una auténtica comunidad. La acción compartida y discreta permite formar interlocutores creíbles no solamente por la calidad de las propuestas, sino también por una búsqueda de sentido que vaya de verdad más allá de la contingencia temporal. En la base de todo esto se encuentra la
cultura del encuentro, que abre las puertas del humanismo cristiano.
Para que esta cultura del encuentro pueda realizarse, resultan fundamentales la humildad y la libertad. Si la primera nos hace capaces de comprender al prójimo en su camino personal hacia la verdad, la segunda nos ofrece una serie infinita de posibilidades para anunciar el Evangelio al hombre contemporáneo, aparentemente desorientado, pero profundamente hambriento de justicia y de amor. La educación católica, en todas sus variantes, se impregna de caridad porque “se abre como conviene a las condiciones del progreso de este tiempo, educa a sus alumnos para conseguir con eficacia el bien de la sociedad terrena y los prepara para servir a la extensión del reino de Dios…” (Declaración Gravissimum educationis, del Concilio Vaticano II, n. 8).
Desde esta perspectiva, el centro de los procesos educativos es la persona, con su dignidad y su libertad, así como también su generadora relacionalidad.
Por último, escribe el cardenal Versaldi, “Con la esperanza de que el Pacto Educativo Global pueda constituir un testimonio vivo de la misión educativa de la Iglesia…, espero que dé sus merecidos frutos no solo para una profunda renovación de las instituciones académicas y escolares, sino también de nuestras comunidades”.
