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Novedades

Prácticas artísticas inclusivas

Una propuesta que acerca al arte y a la discapacidad; “No es sólo un material pedagógico sino una obra que ayuda a cualquier persona a comprender qué pasa en este mundo”. Así habla Juan Ignacio Acosta. Fundador y director general de la compañía de teatro “Las ilusiones” un proyecto de arte inclusivo.

 

En plena pandemia, el grupo editorial NOVEDUC presentó el libro “Prácticas Artísticas Inclusivas. Teatro, danza y canto” de su colección Biblioteca Didáctica la cual porta un lema; “Recursos con fundamento”.

Es una obra que llama la atención porque la editorial se tomó el trabajo de presentarla a todo color y con códigos QR, para que el ámbito educativo y el público en general, pueda observar el trabajo de Juan Ignacio Acosta, director general de la compañía de teatro “Las Ilusiones” integrada por personas con discapacidad intelectual o como señala también el autor, “sin discapacidad”.

Acosta se encuentra viviendo en Madrid, trabajando por la expansión de su compañía. Desde allí nos escribe que: “este no es un libro tradicional de recursos didácticos, es para un público más amplio. Cuenta mi historia personal y habla sobre arte, educación y salud.

Se trata de todo lo que uno aprende de la experiencia, 18 años de trabajo con la discapacidad y en comunidad. Un recorrido educativo que busca la manera de poder acceder a una sociedad más inclusiva; y haciendo lo que hay que hacer, aceptando al otro tal cual es”.

El prólogo fue escrito por el pedagogo, investigador, Carlos Skliar; donde señala que:

“Hay libros que se escriben porque están en la punta de la lengua durante mucho tiempo…La escritura que resulta ya no tiene como punto de partida la descripción o la distancia, sino la narración, el arte de contar ciertos acontecimientos que han sido decisivos en una vida particular. Las páginas de “Prácticas Artísticas Inclusivas” toman este rumbo, su escritura juega a tejer los hilos, el ejercicio concreto de las interpretaciones de la historia en una trama siempre abierta.

En una época en la que se señala a las personas exitosas, a quienes se insertan en el mercado laboral por una supuesta capacidad natural y adaptada a las furiosas exigencias de estos tiempos; la aceleración, las competencias tecnológicas, el dominio autosuficiente, aprovechamiento utilitario y provechoso de cada segundo, el cerebro que aprende, la búsqueda frenética del beneficio cognitivo, es siempre saludable eludir las trampas de lo bien sucedido para pasar a narrar otras vidas. Ese otro mundo que no se relaciona en nada con los intereses de ese poder sectario, del momento actual.

De hecho, nada habría de menos exitoso en esta época que dar hospitalidad, que es otro modo de nombrar la inclusión, a quienes se apartan de ese sendero de triunfos y de hacerlo con el virtuosismo del arte.

Hay algo en todo arte que contradice cada vez, a la época en que la humanidad se encuentra y se piensa. Pone de manifiesto quiéralo o no, a lo más amoroso de la humanidad que es a la vez trascendente y enemigo de las fórmulas del éxito.

He tenido el enorme gusto de transitar las páginas del libro de Juan Ignacio Acosta, más allá de las modas tecnocráticas que pueblan hoy el hacer educativo. Encuentro motivos de sobra para tener mis propias ilusiones renovadas, en una discusión que proviene de muy lejos ¿qué es lo formativo? O bien ¿qué es lo más formativo?  He sido partidario efusivo del arte en educación. Porque no se trata de reducirlo a la producción o a la productividad, no es cuestión de utilizarlo como compensatorio de amarguras existenciales, el arte no cura las heridas, sino que a veces, las abre todavía más.  Hay que cuidar el arte de las exigencias del rendimiento, y denunciar la escandalosa idea que existe de pensar que algunos cuerpos, algunos mentes o capacidades sólo podrán desarrollar algunos lugares sociales”.

Para compartir

Juan Ignacio Acosta explica lo importante que es entender el concepto sobre el arte inclusivo, “que posee el mismo fin que cualquier arte, pero éste no practica diferencias entre personas con discapacidad y sin ella. Se aleja de los golpes bajos, se transforma y se organiza con prácticas que contemplan a todos, minimizando barreras físicas, personales e institucionales.

Entender que el arte inclusivo tiene que ser abarcativo, contener a todos los que formamos parte, como una ronda en la que todos los podamos mirar. Y tomando las diferencias. Es un proceso que incluye maneras o modos diversos de interacción, dejando espacio para el error y el imprevisto. Justamente, la forma de poder incluir es que aceptemos que el error puede estar, y que el imprevisto puede aparecer. Todo suma al gran desarrollo integral del arte inclusivo.

La obra es más que un manual con experiencias. Encierra un tema muy importante del paradigma invertido en el que las ilusiones se apoyan para hacer todo su trabajo que es considerar a las personas sin discapacidad, como incluidas. Para explicarme mejor, el ambiente educativo y de la salud está repleto de conceptos en los que se piensa que las personas con discapacidad son las que se deben incluir. Pero en “La compañía Ilusiones” es a la inversa. Es para que las personas sin discapacidad transiten una experiencia de inclusión, y también como es esa transformación acercándose de una manera real a esta práctica. Y de cómo llevar la teoría a la práctica en donde los recursos pasan a favor de algo más plural y totalmente heterogéneo”.

La conformación de este grupo de teatro para personas con discapacidad nació en 2008, con el madrinazgo de la actriz fallecida Alicia Zanca. En homenaje a su compañera Acosta funda la compañía de Teatro Las Ilusiones, integrada con actores con o sin discapacidad intelectual, con la cual realiza funciones hasta la actualidad. Tiene muchos reconocimientos por interés cultural en especial, el que fue otorgado por el Consejo de Derecho de niños, niñas y adolescentes de la legislatura y de la ciudad autónoma de Buenos Aires.

Juan Ignacio Acosta

Licenciado en Dirección Escénica (UNA), acompañante terapéutico (Instituto Psicosocial Argentino) e Intérprete de Lengua de Señas (Confederación Argentina de Sordos). En 2009, fundó la compañía de arte inclusivo Las Ilusiones y, desde entonces, se desempeña como su director general. Recientemente, publicó el libro “Prácticas Artísticas Inclusivas”. Actualmente, está en Madrid, España, trabajando para montar allí Las Ilusiones.

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