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¿Qué significa educar la autoestima?

 “Nada es mejor que ayudar a un niño a descubrirse tal cual es” afirma Gabriela Mango, experta capacitadora de padres y docentes sobre educación para la afectividad y la sexualidad. A continuación, describe: “cómo trabajar la autoestima desde la escuela”.

 

Actualmente se habla mucho de autoestima: la palabra en sí misma ayuda a encontrar algunas pistas; su significado hace referencia a la valoración personal, al aprecio o consideración que uno tiene de sí mismo. Y, si bien es esperable que cualquier persona posea autoestima, sin embargo, como todo – en lo humano – se desarrolla. 

Es muy importante pensar también sobre el ámbito en el que cada persona se educa, y ver si se está favoreciendo a este desarrollo de la autoestima.

¿Desde cuándo educarla? Esto es clave, porque cuanto antes empecemos mejor. Vamos a ganar tiempo, a sentar las bases firmes para el futuro.

La educación de la autoestima es importante desde las primeras etapas. No se puede sentar a un pequeño y darle una lección sobre esto. Se trata de empezar por lo cotidiano, desde las primeras vinculaciones y tratos; en un ámbito que hace que la persona se sienta querida, valorada, tenida en cuenta, y no que es como uno más.

Esto arranca en la familia y después la escuela hará lo propio.

¿Qué pasa con los chicos que se llevan el mundo por delante y que se sienten campeones o los mejores? Hoy estamos en un mundo en el que a veces exacerbamos las virtudes de los chicos; los convencemos de que todos son ídolos, entonces lo único que hacemos es educar en la vanagloria, o en una autopercepción bastante distorsionada.

Nada es mejor que ayudar a un niño a descubrirse tal cual es. Que la educación en la autoestima pase por la valoración de quien es él, y reconocer todo lo bueno que tiene. Él es, ante todo, una persona, y vale por ser quien es; aunque no sea un excelente deportista, o el mejor para el idioma, o no tenga toda la habilidad artística.

Se trata de ayudar al niño a no crear una imagen falsa de sí mismo (...). Si no logro que tenga herramientas para conocerse no podrá descubrirse, animarse a desplegar lo que está llamado a ser.

Se trata de ayudar al niño a no crear una imagen falsa de sí mismo, sino estamos gestando una imagen equivocada de quien es. Si no logro que tenga herramientas para conocerse no podrá descubrirse, animarse a desplegar lo que está llamado a ser. En el fondo ese chico no se conoce.

 Hoy vivimos en un mundo de comparaciones que nos propone estereotipos de belleza, o imágenes de referente académico exitoso. Cada uno tiene que descubrir en sí mismo lo que tiene para dar. Pero vuelvo al planteo inicial, es más probable que se pueda desarrollar naturalmente esta percepción positiva de uno mismo, si en estos primeros contactos, el otro me devuelve una mirada positiva o me hace sentir valioso y considerado.

El desarrollo de la autoestima es dinámica, progresiva, y crece conforme a la persona con distintas facetas. Es una maravilla porque las edades son más que propicias, hay un tablero de posibilidades en los primeros años, que es donde podemos ser más estratégicos.

Un chico que crece con una sana autoestima tiene una confianza básica firme y seguridad personal. Esto le da herramientas para ser menos vulnerable a la presión social, o auto- determinarse, a hacer un uso bueno de su libertad, es decir, de las decisiones que toma. Además, un chico con autoestima es menos factible ser preso de la masificación. Por supuesto que en la adolescencia va a pasar una etapa más vulnerable, y va a sentirse más tironeado, pero tiene herramientas de base; como un escudo protector. Lo necesario es la prevención para encontrarse fortalecido ante situaciones que van a venir.

Estoy convencida que las dificultades que encontramos en el mundo adolescente, si profundizamos en problemáticas como las adicciones, la iniciación sexual temprana, o todas las conductas que ponen en riesgo a los chicos, tienen que ver con una autoestima herida.

Un chico que no se quiere, o no se valora, no puede vincularse sanamente con otros para ser querido, o valorado.

Hoy hablamos mucho de los noviazgos violentos, lo que me hace pensar qué pasará con esa persona que se siente invitada, o de alguna manera asume una relación con una impronta violenta. Enseguida reflexiono cuánto habrá trabajado sobre sí mismo, su historia personal, si fue transitada en armonía o con relaciones sanas para que de alguna manera repita un modo de vincularse que efectivamente lo aleja de algo que lo hace bien. Esto nos explica muchas cuestiones que nos permite entender comportamientos a futuro.

Estas simplemente son líneas para hablar de muchos temas.

 

Fuente: Gabriela Mango es asesora técnica del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UCA. En marzo, estuvo a cargo de un Seminario organizado por la secretaría episcopal para la educación católica de la diócesis de Posadas, donde brindó “Orientaciones para el fortalecimiento de proyectos institucionales de ESI desde una antropología personalista”.

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