El papa Francisco ofrece una catequesis cuando se avecinan los días centrales del año litúrgico: el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
Inmersos en el clima espiritual de la Semana Santa, entramos en el Triduo Pascual, que es el centro del Año litúrgico. En estos tres días, que forman una unidad y son los más importantes de la liturgia de la Iglesia, conmemoramos el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
En la tarde del Jueves Santo, con la Misa in Coena Domini, haremos memoria de la Última Cena. En ella, Cristo anticipó su sacrificio en la Cruz, y entregó a sus discípulos el testamento de su amor incondicional en la Eucaristía. Con el gesto del lavatorio de los pies, Jesús nos pide que nos amemos, y como Él, que nos hagamos siervos los unos de los otros.
El Viernes Santo, día de penitencia, ayuno y oración, de la mano de la Sagrada Escritura y las oraciones litúrgicas nos reunimos espiritualmente en el Calvario, para celebrar la Pasión y Muerte de Jesús. Él, por amor, entrando en el abismo del dolor y del sufrimiento, nos redime y nos salva, dando sentido a nuestras aflicciones y tribulaciones. Pondremos ante Jesús crucificado a todos los crucificados de hoy, hermanos y hermanas, víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo, sólo Él puede consolarlos y darles amor.
El Sábado Santo, día del gran silencio, junto con María, que Jesús desde la Cruz nos entregó como Madre, esperamos vigilantes el cumplimiento de la Promesa de Dios, en la resurrección del Señor, que la Vigilia Pascual nos anuncia con alegría desbordante. El Resucitado, a quien encontramos en la fe, nos manifiesta que la vida triunfa sobre la muerte, el bien vence al mal y el sentido de nuestra existencia es una vida plena y de felicidad infinita junto a Él.
Fuente: www.vatican.va