Carina Rossa doctora en Psicología del Desarrollo y Transformación Social participará por segunda vez del Curso de Rectores en conexión desde Roma. Ella recuerda que el tema del pacto educativo ha sido central para el Papa Francisco desde que era cardenal, en la diócesis de Buenos Aires.
La doctora Carina Rossa representa en la actualidad a la Fundación Pontificia Scholas Ocurrentes en el Vaticano, y coordina el programa Scholas Social. En 2018 vino a la Argentina para participar del 55 Curso de Rectores de Corrientes, entonces, como miembro del movimiento de los focolar, y co autora del libro “Custodiar la infancia” abordó la problemática que afecta a tantos educadores cuando se encuentran con realidades muy difíciles, “y chicos que son portadores de muchas fragilidades”.
En dicho escenario habló de responsabilidad; no sólo “la del maestro y profesor que debe sostener a ese niño o joven a pesar de no contar con las herramientas o no estar bien formado”; sino que: “Hay que tomar conciencia que todos somos responsables. La sociedad entera tiene esa responsabilidad”.
Carina Rossa es también Profesora en el Instituto Universitatio Sophia de Florencia, y colaboradora de la congregación para la educación católica de la Santa Sede. Cuando el papa Francisco la nombró miembro del comité promotor del pacto educativo Global; fue convocada para hablar en distintos congresos acerca del camino que necesitamos transitar para constituir “una verdadera aldea de la educación”.
Ella explica que la principal característica de la pedagogía de Chiara Lubich que es el continuo diálogo con el mundo. Y que, en la historia de la pedagogía, solo en las últimas décadas se llegó a comprender que el componente más importante de la acción educativa es la relación de reciprocidad. La educación es una cuestión de relación. Una reciprocidad positiva que se establecen entre la enseñanza y el aprendizaje; entre profesores y alumnos, y también con otras personas de la comunidad educativa.
Por eso, dice: “la experiencia que tratamos de generar desde la espiritualidad y la unidad no es una relación diádica, sino triádica, procede de dos sujetos que generan en cierta medida, la comunidad, la comunión. Hablamos en este sentido del clima educativo, de la acción en la comunidad y el territorio. Paulo Freire habla de la superación de esta relación y la expresa muy bien diciendo: “Ahora ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a sí mismo. Los hombres se educan en comunión y el mundo es mediador”.