Desde Rafaela, Santa Fe, el padre Alejandro Sola, aborda la epístola de San Pablo a Filemón y recomienda su lectura “en las catequesis y en las escuelas”. El texto, dijo, despierta “una conciencia nueva sobre la libertad cristiana, y nos conecta con la fraternidad, una experiencia concreta, cotidiana, que va más allá de la amistad”.
“A Filemón, lecciones sobre la libertad cristiana” es la traducción verdadera de un título que pertenece a la obra escrita por el religioso dominico Adrien Candiard, publicada en París en 2019. Este autor que tiene varios ensayos y libros premiados, se sintió motivado por narrar la historia de la carta de San Pablo a Filemón con la pasión propia de un hombre del siglo 21. Así nos atrae a su lectura con un toque desafiante y provocador. Con temas como: “La gracia consiste en olvidarse de sí”, o, “Aquello que Pablo no puede hacer”, y entre otros; “La agotadora lógica de la deuda y el deber”, el monje termina conectando el texto con la encíclica Fratelli Tutti.
El libro entrelaza citas de las sagradas escrituras con la actualidad, y con sus propias palabras el religioso refleja situaciones de personas con buenas intenciones que se esfuerzan por vivir bien las circunstancias cotidianas, buscando en la Iglesia una instancia de seguridad, en relación a aquello que está permitido o prohibido. Así el autor plantea que, como sacerdote, quiso salir de esta trampa y ver otras cosas; no sólo basarse en aquello que “puedo o no puedo”, sino en la salvación que ofrece Jesucristo, y que nos es dada para vivir hoy. También hace una advertencia: “nosotros no sabemos hacer crecer la libertad de cuantos nos vienen a pedir ayuda y muchas veces, es más fácil dictaminar aquello que debe hacerse, que entrar con prudencia al umbral de las conciencias. Este es el origen de muchos abusos”, expresó. Entonces, apoyándose en la epístola de San Pablo a Filemón que tiene solo 23 versículos, aborda una nueva propuesta de vida cristiana acerca de la libertad, tema esencial que debería ser leído por todos, en las catequesis, y en las escuelas.
La carta de San Pablo fue escrita alrededor del año 50 del siglo primero, en este tiempo, el apóstol había fundado ya varias comunidades y probablemente conocía a Filemón, que vivía en la localidad cercana de Colosas. El contexto en que escribe esta correspondencia lo sitúa en prisión. Allí conoce a Onésimo, un esclavo de Filemón que viene escapándose de su amo y que, según se trasluce en la epístola, le había robado dinero. Este esclavo vio en Pablo un hombre misericordioso, bueno, que además predicaba la caridad. Por eso llega a Éfeso, buscando en él un poco de refugio.
La transformación del corazón
El monje dominico explica en la obra cómo comienza la relación entre el prisionero y el esclavo. Onésimo le presta unos servicios a Pablo, y la sintonía entre ellos, más la prédica del apóstol, lo moviliza a pedir el bautismo. Como Éfeso está muy cerca de Colosas Onésimo corría peligro: lo podían reconocer por su situación de fugitivo y las consecuencias serían gravísimas. Finalmente, el esclavo decide volver a la casa de su amo, y “en un trozo de papel que revolucionaría el mundo”, San Pablo le hace a Filemón una exhortación especial; le pide que no reciba a Onésimo como esclavo sino como alguien más.
Para una mejor comprensión de este planteo del apóstol, el autor del libro se focaliza en su experiencia; su conversión y la transformación de su corazón. Entonces precisa que Pablo seguramente escuchó muchos sermones de joven; algunos lo animaban a superarse, y otros, a plantearse la pregunta: ¿cómo me elevo hacia Dios? Este interrogante comportaba un riesgo: porque descarta la posibilidad de que Dios se acerque a nosotros, o descubrir cómo puede Él también llegar a nuestra realidad.
En la vida de un judío como Pablo había más de 600 preceptos. Pero es justamente en el encontrarse con otro, como cuando Cristo que se le aparece en el camino a Damasco, a donde halla la salida. Desde entonces trata de ver cómo se da este vínculo de amor, en el cual, de modo gratuito, Otro tomó la iniciativa. Este vínculo se transforma en la fuente de su perfeccionamiento. Un deseo de perfección del yo, que pasa a transformarse para San Pablo en un camino más simple: basta mirar a otro que lo ama.
A través de la trayectoria del apóstol, el libro narra de qué modo el ejercicio de la libertad se desarrolla en la capacidad humana para vincularnos y que la perfección no está en cumplir determinadas normas o apelativos categóricos, sino en una alianza, y en la amistad de vivir con Dios. Esta es una revolución para Pablo; porque él ya no responde a una imagen que tiene de sí mismo, sino “a Cristo quien vive en mí”.
El obrar en Pablo nace de un amor que le viene desde el centro de su corazón; una liberación que quiere compartir con todos. Por eso respeta la libertad de Filemón. Pero, ¿qué lo ilumina a hacer esta propuesta de amor, al pedirle que reciba a Onésimo? La misma experiencia que él ha tenido. Y, más que la libertad de Onésimo, lo que le importa a Pablo es la liberación de Filemón, sobre todo si él logra encarar esta realidad crítica de su esclavo que lo ha defraudado, y robado. Como dice el monje dominico, “Pablo respetando esta dinámica evita forzar la conciencia”. Es importante que él no obtenga una respuesta de Filemón imponiéndose, al contrario, es necesario que Filemón quiera y reconozca que hay un bien para él al momento de ofrecerle la libertad a Onésimo y recibirlo “no como esclavo, sino como hermano”.
Según el autor, nace una nueva noción de la salvación a partir de la familiaridad con Dios que logra que las personas actúen de otro modo. No se trata de cuántas cuentas tengo que saldar, sino de la naturaleza misma de la salvación que se juega en una relación de amor y amistad. La salvación no es un premio, es la amistad con Cristo.
La transformación del corazón
Adrien Candiard se detiene para explicar en qué consiste la libertad de Filemón a la que San Pablo apela. Descubrir que Onésimo es un hermano en Cristo, y recordar que todos somos deudores, nos hace ver, por lo tanto, que podemos vivir la dinámica del recibir y dar gratuitamente. Esto le permite a Filemón descubrirse no como patrón del otro, sino en un vínculo de fraternidad. Este vínculo no es romántico; aquí está llamando a algo más; porque la fraternidad es un vínculo que ha constituido Otro; y despierta una atención y una ternura que hace salir de uno mismo. Es una relación que no puedo cancelar; en la fraternidad se encuentra la riqueza y se rompen los esquemas que buscan encerrarnos.
Como conclusión el autor nos está proponiendo una conciencia nueva de la libertad cristiana que se juega en el vínculo interpersonal entre Pablo y Filemón, un vínculo que abre a un otro, en este caso a Onésimo, y que va más allá de la amistad, a la fraternidad. Para esto contamos con la libertad, la capacidad de elegir salir de nosotros mismos para aceptar al otro que se da como regalo. Este vínculo me permite descubrir quién soy.
Y volver a esta experiencia fundante de la vida en Cristo que nos hace libres, es lo que permite encontrar el motivo de nuestra alegría y esperanza, que tiene el condicionamiento del contexto, pero no está definido por él. Como dice Pablo, quien podrá separarnos del amor de Cristo.
Fuente: El P. Solá es vicario de la Parroquia Sagrado Corazón de Rafaela. Su intervención, se basa en el libro: “En el umbral de la conciencia. La libertad del cristiano según San Pablo”; autor, Adrien Candiard; un monje francés que reside en Egipto y forma parte del Instituto Dominico de Estudios Orientales. /youtube.com.