La siembra de árboles, la limpieza del Río Diamante, y un debate para generar conciencia sobre el consumo responsable son algunos de los proyectos que alumnos de la secundaria del Colegio San Antonio de Padua de San Rafael desarrollaron a lo largo de estos años como “una comunidad que vive, siente y comparte el camino de San Francisco de Asís”.
“¿Cómo sembrar en nuestros jóvenes esta pasión por el cuidado de la casa común?” Estela Petricorena, docente y directora del secundario del colegio parroquial San Antonio de Padua de San Rafael, abrió con este planteo un espacio educativo en la mesa argentina Laudato Si. Su testimonio viene a mostrar el proyecto institucional de una escuela franciscana, que invita a educadores, alumnos y a las familias apostar por otro estilo de vida y a ser protagonistas de la alianza entre humanidad y medioambiente.
“Como todos saben, Mendoza es un desierto”, explica esta educadora. Es una provincia que atraviesa una fuerte crisis hídrica, en la que “cada vez tenemos menos agua para nuestra vida y paisaje, y donde el arbolado público es fundamental”. Entonces contó cómo surgió la idea de sembrar árboles con alumnos de 5to año, y afrontar el tema de la vegetación de la ciudad que se está secando y muriendo por la falta de agua en las acequias.
La educadora contó que a través de gestiones con la municipalidad de San Rafael y sus ingenieros ambientales “comenzamos a pensar qué tipo de árboles podemos plantar en la ciudad que no necesiten tanto riego, y en dónde”.
La propuesta de los expertos que trabajaron en conjunto con la institución educativa nos ayudó en este proyecto, pero, el mayor cambio fue “cultural”, dijo Estela Petricorena.
Entonces comentó que a partir de esta iniciativa un exalumno armó el espacio “Creando pulmones verdes”, y dado “que prendió en él esta preocupación por sembrar”. Ahora, el joven está trabajando en conjunto con la municipalidad para abrir un camino hacia las especies del lugar, y vuelve al colegio para invitar a los chicos a “crear pulmones verdes” en San Rafael, que sean sostenibles en el tiempo. Este ex alumno “logró potenciar el proyecto que trabajó siendo estudiante con el deseo de agrandarlo, socializarlo y compartirlo. Su gesto es un regalo de Dios”
La directora señaló a la mesa Laudato Si que “muchos de estos chicos también son misioneros en la parroquia, y han logrado llevar esta idea a otros lugares”. Esto nos alienta y “tenemos muchísima esperanza”.
Ante una audiencia que compartía las experiencias de muchas parroquias, capillas y comunidades, la docente subrayó que “los ingenieros ambientales o la rama de expertos de los municipios pueden ayudar a un gran trabajo en conjunto en cada punto del país donde las necesidades van a ser distintas”. Ella dijo que “entre todos se puede afianzar la ecología integral, en la familia y en las instituciones educativas de todos los niveles también, como tantas religiosas y religiosos que están trabajando muy fuerte”.
Otros proyectos
Los alumnos del colegio San Antonio de Padua, se juntaron con otros estudiantes de la escuela La Buena Madre para limpiar el lecho y las orillas del río Diamante que atraviesa el sur de la ciudad. El proyecto que comenzó en 2019 se llamó “Limpiar y concientizar” y surgió a partir de una materia que valorizaba la vital importancia del ecosistema del lugar, en donde hay un barrio, el Museo de Historia Natural y un camping. La zona se había convertido en un basurero para la comunidad por lo que los alumnos de ambas escuelas lograron sacar los residuos de la zona; y sumaron a más de noventa personas que recolectaron alrededor de 1200 kilos de basura.
La directora del San Antonio de Padua, Estela Petricorena es una voz reconocida en la comunidad. Fue convocada por la radio local para explicar el desarrollo de un debate sobre consumo responsable y con el fin de generar conciencia entre los jóvenes. Ella explicaba que la totalidad de los estudiantes secundarios de su colegio logró participar.
“Los chicos trabajaron un mes con la información que les hemos brindado. Y cada curso representó un país diferente, porque, digamos que el tópico de consumo responsable es a escala global, entonces a cada grupo de chicos les tocó analizar en un país diferente. El encuentro despertó un gran interés por parte de los jóvenes, encausando un gran compromiso”.
Luego dijo que “lejos de no poder hacer cosas, de limitarse o de frenarse, (por la pandemia) la escuela trabajó muy bien de manera remota este desafío”, que “debido a las dimensiones de la plataforma virtual – el debate se dio de manera interna en la institución, pero no se descarta que en algún momento se pueda ampliar por la importancia que el tema tiene para toda la comunidad. Estamos felices de estar viviendo una maravilla como esta”, aseguró.
Por último, otro de los programas a los que adhiere el colegio lleva el nombre “Uniendo metas”. La escuela utiliza la metodología de los modelos de Naciones unidas para promover el ejercicio de un liderazgo positivo en los jóvenes y los hace trabajar en temáticas de agenda global con otras instituciones y con la red de voluntarios que se gestó a partir de esta propuesta.