Con imágenes de obras de arte, y con el “Coronavirus” como tema central, las educadoras Josefina Arrighi y Marisol Mañá, presentaron su libro: “ABP”, el último lanzamiento de Ediciones Logos, que explica los elementos y las variantes de esta propuesta pedagógica, a partir de su experiencia en la red de Escuelas de Aprendizaje de la provincia de Buenos Aires.
“Somos conscientes de la desigualdad que hay en las escuelas, pero pensamos que cada una puede adaptar una propuesta del Aprendizaje Basado en Proyectos a su propio contexto” expresan las educadoras con treinta años de experiencia, Josefina Arrighi y Marisol Mañá. Ambas coordinaron e hicieron experiencia de ABP junto a más de dos mil escuelas dependientes de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
“¿Cómo estamos? ¿Cómo está nuestra escuela hoy?” señalaba Josefina Arrighi al comienzo de la presentación del libro, reconociendo cómo esta pandemia reclama el esfuerzo, y la creatividad de todos, alumnos, directivos y docentes.
Marisol Mañá, la acompaña, pero habla de la situación de crisis “previa a la pandemia” que afronta la escuela: “O nos quedamos paralizados, o la vemos como oportunidad de crecimiento” agregó.
La publicación que tiene 188 páginas y buena ilustración describe cómo el aprendizaje basado en proyectos puede convertirse “en una estrategia pedagógica poderosa para transformar la cultura escolar”. Ambas docentes refieren allí que esta experiencia tiene dos finalidades: por un lado, lograr aprendizajes significativos en los alumnos a través de la comprensión profunda de un aspecto de la realidad. Y por otro, desarrollar capacidades.
Entonces plantean cómo lograr que esto suceda compartiendo el hecho de que el ABP “no es algo nuevo, o exclusivo, sino que siempre existió en la educación”.
El término se utilizó por primera vez a principios del siglo 20, cuando el norteamericano William Kilpatrick, profesor de la Universidad de Columbia, hablaba de la posibilidad de que los alumnos “aprendieran conectados con entornos reales, porque producía en ellos un compromiso y una participación activa”.
Para ambas docentes, este método “no es algo nuevo en nuestras escuelas”, pero, “el hecho de que sea un proceso, significa que nunca está acabado, y de verdad siempre puede mejorar. Es un camino profundo que nos lleva a aprender, y a abrazarlo, más allá de hacer un proyecto”.
El planteo de las autoras se vuelve más interesante cuando argumentan que el ABP “no es un fin en sí mismo. No es un todo o nada. Y no significa que yo tenga que dejar otras estrategias o modos de enseñar en el aula, sino que vino para sumar a lo que ya se trabaja en la clase con los alumnos”
“Seguramente en muchas instituciones hay proyectos lindísimos, pero, ¿en qué se diferencian? pregunta Josefina Arrighi. Porque un proyecto puede ser independiente y no estar necesariamente ligado al contenido curricular. Sin embargo, el aprendizaje basado en proyectos vinculado al contenido curricular es importante. Nosotros decimos que no se trabaja de modo aislado, sino independiente con cada una de las áreas y disciplinas que están presentes en la escuela.
Marisol Maña agrega que “se trata es de educar la mirada sobre el aprendizaje basado en proyectos. Lleva tiempo aprenderlo. Pero una vez que la escuela vive esta experiencia, ya no es la misma, porque transforma la cultura escolar”.
El ABP tiene distintas variantes. Uno puede haber escuchado; aprendizaje basado en problemas, o aprendizaje basado en servicio, también se lo señala en inglés como “design thinking” que significa aprendizaje en diseño, o proyectos de investigación.
Elementos esenciales del ABP
No son exclusivos del ABP, pero si falta alguno de ellos, el ABP no es auténtico. Se trata de vivir cada uno de ellos. Y los vamos a desglosar a través del arte, un lenguaje expresivo que nos ayuda a lo que queremos transmitir.
El Alumno en el centro, hemos elegido un cuadro de Balthus, pintor polaco francés, que nos presenta a una alumna desafiante, provocadora, como chicos que despiertan ante la realidad que los rodea, vivos, y conectados con su propio proceso.
El docente como presencia que guía elegimos esta pintura de Claudio Gallina, un artista argentino que pinta imágenes de nuestra escuela, y destaca un grupo de montañistas que son seguidos por un líder. Nos gusta elegir esta metáfora, un guía no sube las montañas por sus alumnos, conoce como hacerlo y les enseña. Es decir, no existe aprendizaje verdadero si no hay algún maestro que despierte en el alumno el deseo de aprender, sea curioso y vaya por más. Y se involucre en la propia tarea de subir la propia montaña.
La indagación permanente hemos elegido el cuadro de una pintora cordobesa llamada Dolores Mendieta, en la imagen hay dos niños sumergidos en el juego, y riendo. Cuando la realidad se presenta de este modo nos asombra, nos maravilla y nos convoca, como inicio del conocimiento en la realidad que nos invita a indagar y a observar. Entonces nos lanzamos a preguntar, el conocimiento como acto de preguntar.
La integración del saber, el desafío es, que los conocimientos aparezcan integrados. Como en el cuadro de las hilanderas de Velázquez que están haciendo un tapiz. El tapiz representa el estudio: cada una de estas lanas pueden ser las áreas o materias que dictamos; cuando se entretejen e integran de modo armónico, pueden enriquecer una realidad que el alumno alcanza a comprender de un modo más cabal y profundo.
El desarrollo de las capacidades. Elegimos las imágenes de William Turner un pintor inglés porque nos interesó presentar el mundo de hoy: imprevisto, como un mar bravío y cambiante. Nos encontramos navegando las aguas turbulentas que presenta el artista, y las capacidades que se pueden trabajar en este entorno son la comunicación, el pensamiento crítico creativo, el autoconocimiento y la regulación emocional. Estas capacidades se educan, no nacemos con ellas. Se aprenden trabajando en equipo, y se ejercitan andando.
Evaluación formativa constante Elegimos un cuadro de Degas; un profesor de danza que acompaña a sus alumnas las alienta y las corrige, para lograr la mejor versión de sí mismas; que cada bailarina brille. ¿qué papel estoy jugando como docente para evaluar a mis alumnos, los hago sentir orgullosos, capaces; los desafío? ¿Le doy pistas, les digo claramente qué es lo que espero de ellos?
El uso del espacio y el tiempo flexible. Elegimos un cuadro de Dalí, ya que al vivir una experiencia que nos apasiona, adquirimos una noción de espacio y tiempo muy flexible. A todos nos ha pasado, que a veces el tiempo y el espacio desaparecen. En la escuela es difícil, porque ella es un lugar de tiempos rígidos y horarios determinados, pero, se pueden generar espacios para un bienestar físico: hoy es considerado como el tercer educador. El espacio agradable mejora el aprendizaje y el rendimiento.
La integración de contenidos. Hoy tenemos que parar la pelota. Ver qué cosas, de todo el currículum, son importantes enseñar para armar una propuesta interesante.
Cómo recorrer este camino
Elegimos el tema del “coronavirus” y cada uno puede pensar que tipo de actividades desarrollar, según el nivel de aprendizaje.
La elección del tema siempre tiene que ser desafiante; tanto para los docentes como para los alumnos. Los chicos pueden votar, y abordar cuestiones como los deportes, la violencia, o las adicciones que luego se vinculan a un contenido curricular. El coronavirus, por ejemplo, es actual, y tenemos que ver cómo implementarlo en la virtualidad.
El segundo paso es la indagación, y lo importante acerca del coronavirus es plantearse las preguntas; algunos maestros consideran que este paso es lo más divertido. Soltamos la imaginación para ver qué pasa con esto. Nuestra experiencia nos indica que es muy importante dar tiempo al espacio de la indagación ya que los chicos tardan en hacerse preguntas, y este aprendizaje arranca cuando tenemos claro qué preguntas nos hacemos: ¿qué sentimientos genera estar encerrados?, ¿cuál es el impacto del coronavirus en el ecosistema?, ¿cómo afecta, como surgió, como influye el frío y el calor?, ¿qué significa estar sano, a qué se llama sistema inmunológico? ¿qué significa conciencia social? ¿Qué consecuencias puede tener el coronavirus en la economía mundial? también hay preguntas más profundas: ¿seremos los mismos después de esta pandemia?
A continuación, es importante definir un producto final. Cómo se puede presentar el tema haciendo blogs, o guiones de obras de teatro, muestras de arte, o fotográficas sobre lo que es el confinamiento. Los productos finales funcionan como motivador, porque en el ABP lo importante es el proceso.
El siguiente paso refiere a la necesidad de trabajar contenidos. Tenemos que buscar qué contenidos de los distintos saberes (materias – áreas) pueden responder a las preguntas que nos estamos haciendo. Lo interesante es tomar y entretejer entre las ciencias para contestar a la realidad del coronavirus. Algunos contenidos al azar son: el problema del hombre, el límite, la muerte, la libertad. El rol del estado, necesidades sociales, adaptaciones y transformaciones. Expresión oral y escrita, desarrollo de habilidades expresivas mediante texto, imagen o video. Cálculo matemático, la resolución de problemas, estadística y probabilidad.
Son temas del diseño curricular, porque el desafío es sacar un ABP en conjunto con los otros docentes e ir viendo qué se puede tratar, incluso cambiar el orden, o adelantarlo. ¡Que desafiante sería si podemos identificar tres o cuatro conceptos que los alumnos puedan aprender de nuestra materia! Es un paso enorme, porque el concepto se puede trabajar de distinto modo, para que quede claramente aprendido.
El siguiente paso del ABP es definir los objetivos, que tienen que ser transparentes para todos. El profesor no debe guardárselos, y puede dejar que los alumnos propongan objetivos de aprendizaje. El qué y el para qué, sirve para hacer foco, ver cuál es mi meta. Y hay dos tipos de objetivos; los de comprensión del conocimiento. Y los objetivos relacionados a las capacidades, por ejemplo, cuando los alumnos desarrollan la comunicación, descubren fortalezas y debilidades, el pensamiento crítico, y creativo.
Los temas del ABP no se trabajan con todas las materias, para algunos proyectos funcionan áreas vinculadas a las ciencias naturales y para otros, las ciencias sociales. Puede haber un ABP de una disciplina y también, de dos.
El siguiente paso son las actividades; variadas y desafiantes. Sirven para que los objetivos se hagan realidad. Es importante que los alumnos tengan la posibilidad de elegir la actividad que les es más propia. Una propuesta sobre el coronavirus es realizar producciones artísticas que expresen una visión de lo que el coronavirus significa para los alumnos: música, baile, comics, o un stand up, pero con los contenidos curriculares que fueron viendo.
Definir los modos de evaluar, también tiene que estar presente durante todo el proceso. No significa que no podamos hacer las pruebas tradicionales, sino ver de qué modo evaluar. Por ejemplo, a través de port folios, bitácoras de aprendizaje, o se pueden diseñar propuestas de aprendizaje acordes.
La última etapa es la reflexión el momento de valorar lo vivido. Porque el aprendizaje basado en proyectos nos cuestiona de modo permanente; y la realidad hace que podamos enseñar distintos temas de manera integral.
El ABP propone aunar la escuela con la vida; e incluir a la comunidad para que nos ayude. Tuvimos experiencias de ello. Los chicos junto a su comunidad han logrado sanear arroyos, escribir a un intendente, y hasta hablar con concejales. Es ahí donde se palpa que la educación tiene impacto en la realidad. Los chicos sienten que lo que aprenden sirve, y realmente esto hace la diferencia.