Tomarnos en serio nuestra humanidad, nuestra vida tiene que ver con aquello para lo que nuestro corazón está hecho, que es lo que buscamos como humanos, aquello que nos atrae y porque nos atrae.
Unos padres confusos, comentaban que su hija adolecente no colabora en nada en su casa, llega de la escuela y se encierra en su cuarto con los auriculares y la música en sus oídos. Cuando le llaman la atención sobre esa manera de relacionarse con su familia, reclama que todo en su vida es una porquería, todo está mal solo la música vale la pena.
Podríamos poner diferentes ejemplos de la vida de muchos seres humanos con una vida semejante, aún en distintas etapas de su vida, ese dualismo de la vida donde por un lado la vida me resulta insoportable y por otro espacios de oasis, respiro profundo donde quisiera estar siempre, pero se impone la exigencia de tener que estudiar, trabajar, relacionarme con otras personas. La vida es más que un espacio de evasión.
Dios, la fuente del Bien, de la Belleza, de la Verdad, el Amor. Aquello por lo que el hombre vive, se ha hecho hombre, ha entrado en el espacio donde los hombres viven, se ha hecho encontradizo en los lugares donde se desarrolla la vida nuestra y entró en el tiempo nuestro del mundo en nuestra historia, se hizo histórico. No un ser solo del pasado sino también protagonista del tiempo y lugares en que vivimos.
El Bien, la Verdad, la Belleza, el Amor, se han hecho palpables, visibles, experimentables en nuestra vida. Lo que hace que tu Corazón viva, está como protagonista en la realidad de la vida venciendo nuestra distracción , nuestra desidia, nuestra infelicidad, con su presencia sorprendente, imprevista, totalmente novedosa siempre, con su amor perseverante, paciente.
Está ahí. Podríamos decir que el origen del Bien, de la Verdad, de la Belleza se ha enamorado perdidamente del corazón del hombre, del tuyo, del mío. Y se ha involucrado en nuestra vida haciéndose compañero, Emanuel (Dios con nosotros).
Se ha manifestado Dios , se ha hecho conocer, nos ha mostrado su rostro, es bello enfrentar la cotidianidad de la vida con los ojos puestos en esta presencia que se impone en la ternura de un rostro amigo, en la alegría de un niño, en las vicisitudes imprevistas de lo cotidiano, yendo a ellas no con el pre-juicio de que no hay nada para mí, sino con la curiosidad de quien va al instante presente en busca de su regalo, (su don) que Alguien que me ama tiene para mí.
Navidad, es el Acontecimiento de que Dios se ha hecho hombre, algo totalmente imprevisto, sorprendente, que sigue sucediendo en la historia. El Bien, la Verdad, la Belleza, están en medio del espacio y del tiempo en que el hombre vive. La mentira, el pecado, es no darme cuenta, creer que no se puede repetir en las circunstancias habituales de la vida la belleza que inspira esa música que atrapa mi corazón, creer que un momento en que experimento la belleza deba ser eterno, y no arriesgar a buscarlo en un acontecimiento siempre presente, y siempre nuevo, transformar en ídolo a aquello que me transmite a Dios.
Nos ha nacido un Salvador, es momento de abrir el corazón para recibirlo, momento de espera, de escucha, de gran expectativa, de curiosidad despierta, de celebración porque aquello por lo que la vida vive Está entre nosotros.