Cerrábamos la anterior publicación con la tristeza de la partida de nuestro querido Papa Francisco, pidiendo al Espíritu Santo soplara para el bien de nuestra Iglesia. Con alegría renovamos nuestra esperanza en este año jubilar con la asunción de un nuevo Pastor Universal, León XIV.
En este marco, hemos querido recordar de alguna manera el legado del pontificado de Francisco para todos, nosotros del cual León XIV será continuador.
Esta convicción es la que impulsará nuestro trabajo a lo largo de este año, donde nos hemos propuesto encontrarnos para construir una pastoral educativa de conjunto, convocando a los referentes diocesanos en junio en la Santa Casa de Ejercicios e impulsando en nuestras instituciones, en nuestras diócesis y a nivel nacional la escucha de las nuevas generaciones para hacer frente a un pacto educativo que responda a las realidades concretas de nuestros estudiantes y nuestras comunidades.
Iremos descubriendo y nutriéndonos en estos meses del programa del nuevo pontífice. Ya en su saludo al ser elegido y en su mensaje en la celebración con motivo del inicio de su ministerio petrino, así como en sus palabras en las sucesivas reuniones que fue teniendo en estos primeros días, empieza a vislumbrase su insistente exhortación a la paz en el mundo y a la unidad de la Iglesia.
En la homilía de la misa de este domingo nos invita a ser “una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad” y a “recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, para construir un mundo nuevo donde reine la paz”
Que la pastoral en nuestras escuelas se oriente a ello, que como lo ha pedido el Papa León XIV: “Con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, construyamos una Iglesia fundada en el amor de Dios y signo de unidad, una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra, que se deja cuestionar por la historia, y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad”.