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Novedades

Por un regreso seguro a las clases

“La escuela en este contexto no puede ajustarse solamente a protocolos, tiene que ser un lugar seguro a nivel institucional y pedagógico; – pastoral y emocionalmente -, y crear condiciones sanas para una eventual presencialidad”. Con este enfoque, la junta de educación católica de Córdoba promovió un diálogo sobre “bimodalidad” o cómo dar sentido a los espacios pedagógicos que genera la pandemia, y las preguntas entre estudiantes y educadores.

 

Hablamos mucho de protocolos, pero ¿cómo hacer para que los colegios no lo vivan sólo como una pauta más que tiene que ser respetada, sino como una propuesta de cuidado que se puede internalizar en los miembros de la institución? La psicóloga, especialista en adolescentes María Elisa Mirad plantea esta pregunta mientras observa cómo los chicos de tantas escuelas del territorio viven y cumplen las normativas de cuidado por el covid. “En el colegio están con el barbijo y el alcohol en gel, pero a la salida, – dice- se juntan en el kiosco”. La profesional afirma que este tema tiene que generar una reflexión; y que, “el protocolo tiene que traspasar la norma, para ser vivido e internalizado como pauta de cuidado, por los miembros de la comunidad escolar”.

En este contexto que nos atraviesa a todos, explica que “la pandemia y la crisis mundial nos hace hablar de muchas cuestiones de fondo que invitan a re -pensar nuestras prácticas. A veces tiene que ver con los duelos, o también, aunque no hayamos perdido a nadie, el tiempo se va con el deseo de cosas que hemos querido hacer y no pudimos”.

Mirad analiza que un eventual retorno a las aulas “tiene – como docentes que somos – hacernos pensar esta situación, ver cómo – inevitablemente – nos ha afectado la pandemia.”

La especialista habla de la necesidad “de generar un espacio de diálogo que implique que estoy dispuesto a preguntar, a escuchar la respuesta que venga del otro lado; y evitar seguir con mi ritmo. En ocasiones se siguen proponiendo actividades que los chicos no saben resolver, pensando que la responsabilidad es de ellos. Por todo esto planteo que es necesaria una adaptación. El mundo atraviesa un momento excepcional y nosotros tenemos que tomar medidas excepcionales”.

¿Qué pasa con los adolescentes y la bimodalidad?

María Elisa Mirad invita a mirar a los secundarios y sus preguntas “¿para qué me sirve la semana que no voy al colegio?” por ejemplo. Señala que “hay chicos que solo piensan en levantarse más tarde, y tienen dificultad para organizar una rutina que es distinta a la que están acostumbrados a cuando concurren a las aulas”.

“La bimodalidad, que viene como imposición, genera muchas preguntas” añade la especialista. “Algunos adolescentes no terminan de acomodarse u organizarse como cuando están en el colegio. A veces les produce confusiones, y no presentan los trabajos del classroom. Son casos para los cuales hay que volver a una rutina de estudio distinta, porque no entienden. Luego está el tema de la accesibilidad, al que se añade -realmente- la cuestión del conocimiento; observar si toda la población de alumnos y sus familias saben usar las plataformas, o subir tareas, son cuestiones que a veces damos por obvio, pero no lo es”.

Otro aspecto es lo emocional; la exposición pública de adolescentes que están creciendo, y lo que tiene que ver con el cuerpo y la apariencia después de estar muchos meses encerrados.

 El confinamiento genera también nuevos vínculos sociales, con comentarios como: “A mí la pandemia me hizo ver quiénes son mis amigos, y quienes no”, se remueven contactos con la vuelta al cole, y ni hablar de estar separados de los amigos en las burbujas. Todo lo que para un adulto no tiene tanta importancia, para un adolescente por su estadio vital son indispensables, ellos están pensando cómo afrontar otra vez el colegio.

Hay que entender que los tiempos cambiaron; entonces – como docentes- tenemos que abordar todas las situaciones con paciencia. Este es un gran aprendizaje, sobre todo, porque el colegio tiene que ser un lugar donde el malestar disminuya. Hay que tomar el momento de emergente; habilitar espacios de reflexión, preguntas y pensamiento crítico. No dejar pasar la ocasión, y aprovechar estas circunstancias.

¿Nosotros formamos personas para la vida?, ¿qué tipo de personas para la vida aspiramos formar si en medio de la pandemia no nos queremos salir del contenido? ¿cuál es el discurso que se está proponiendo?

Diálogos que siembran esperanza

Olga Saravia es licenciada y profesora en Ciencias de la Educación, coordinadora del mismo equipo psicopedagógico en el que trabaja Ma Elisa Mirad. Ella interviene en el conversatorio con la intención de comentar estrategias institucionales para el regreso a las aulas y “poner – como dijo – un granito de creatividad” a esta experiencia.

Entonces recordó una expresión del doctor Humberto Maturana, biólogo, filósofo y educador chileno, que falleció hace pocos días: “en el conversar construimos nuestra realidad con el otro, y esto no es abstracto, es un modo particular de vivir juntos, en coordinaciones del hacer y de lo emocional… El conversar, al operar en el lenguaje cambia nuestra fisiología, porque nos podemos herir o acariciar con las palabras…”

Esta educadora señala que “en la escuela, y entre burbujas, estamos siendo autores de una realidad que probablemente formará parte de una historia. El diálogo y la reflexión le puede servir a un chico para sentirse contenido y generar esperanza. A veces estamos tan apurados que nos olvidamos pensar en habilidades que son humanizadoras y creo que volver a esto, es lo mejor que nos puede pasar”.

 Saravia habla de la escuela como “un lugar de cambio, que organiza a las familias y también a la sociedad”.  Entonces afirma que “la historia actual está observando este espacio educativo sobre el que se dan decisiones bastantes fuertes: O voy o no voy. Y se está protegiendo el único espacio social que contiene, sostiene, organiza y orienta”.

Según la educadora, en estos tiempos de crisis “la escuela está faltando para ese respiro social; para los encuentros que dan vida, que escuchan al niño y sostienen a la familia. A veces, es cierto que hay problemas, – dice- pero también la comunidad escolar es espacio de importantes mediaciones; y volver a ella es volver a una gran parte de la vida”.

El Pacto Educativo Global genera propuestas personalizadas

Las experiencias de Saravia en las escuelas de Córdoba, y en especial las que dirige en ámbitos rurales, gravitan en ella. A lo largo de esta pandemia “los chicos llegan y aprenden como pueden” y “para poder hablar con ellos – dice – tenemos que lenguajear, empecemos a dialogar de cosas que le interesan… cada uno tiene su historia. Y luego, por qué no transformar la estrategia didáctica en una tarea que se pueda hacer, respetando las diferencias entre unos y otros. Un ejemplo de esto es que, en vez de estudiar el objeto de conocimiento, se pueden preparar preguntas, y plantear un juego. Si hasta los mismos juegos de mesa se pueden transformar en juegos pedagógicos y didácticos”.

“Hay que darle sentido al espacio pedagógico, porque una educación que promueve encuentros, miradas, es lo que necesitamos nosotros en estos momentos, para sostener, escuchar y poder construir una didáctica de la esperanza”.

“El nacimiento de una escuela inclusiva se da ahora mismo, porque somos todos diferentes” – sostiene la reconocida educadora para quien “un aula inclusiva es cuando conozco a cada alumno, más allá de que vengan con discapacidad o sin discapacidad… Es necesario hacer propuestas diversas, y pensar que cada una de ellas tiene que tener la mirada de todos los alumnos. Este es el mejor ejemplo de la escuela inclusiva ahora, y podemos ser excelentes profesionales de la educación, siendo humanos”.

Por último, la educadora recordó el pacto educativo global del Papa Francisco, ya que, “en su instrumento de trabajo, genera propuestas personalizadas teniendo en cuenta la singularidad de los grupos de estudiantes”.  “Esto significa que, en las actividades de la educación a distancia, deben tender puentes, estrategias de colaboración que tengan continuidad cuando volvamos a las aulas”, finalizó.

 

Fuente: JAEC. Conversatorio con:

  • María Elisa Mirad Lic. En Psicología. Miembro del Departamento de Orientación del Instituto Obispo Caixal y del Colegio Sagrada Familia; dos instituciones que trabajan unidas en la formación de niños y adolescentes.
  • Olga Saravia. Lic. y Prof. en Ciencias de la Educación. Especialista en Inclusión Educativa de personas con discapacidad (UCA – Córdoba). Magíster en organización y sistemas educativos por la U. de Chile. Directora de nivel primario y medio en escuelas rurales de Córdoba. También Coordina el equipo de orientación del I. Obispo Caixal de la red de escuelas de las hermanas de la Sagrada Familia.

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